Ingenioso y práctico
Debido a que muchos médicos y personal sanitario acude todos los días a la atención de pacientes enfermos con coronavirus; el miedo de poder contagiar a sus familias ha crecido y por ello han tomado las medidas más creativas para evitarlo.
En este caso tenemos al doctor Jason Barnes que ha adaptado la casita del árbol de sus hijos ubicado en el jardín de su casa. Barnes trabaja en emergencias con pacientes con COVID-19 en el Christus Spohn Hospital Beeville y en el Christus Spohn Hospital South en Corpus Christi, Texas.
Debido al temor de contagiar a su familia y a sus pequeños niños de 6 y 9 años respectivamente, él y su esposa Jenna consideraron que Jason alquilara un Airbnb o una habitación de hotel. Sin embargo, él no quería estar separado de su familia por lo que bromeando dijo que viviría en la casa del árbol.
Pero lo que parecía un pensamiento absurdo, pronto tomó forma y el proyecto comenzó a tomar forma. De tal modo que adaptaron un baño portátil, aire acondicionado, una hielera, paquetes de bebidas hidratantes y cobijas para pasar las frías noches.
Lo ingenioso de esta solución ha llamado la atención de los medios y las redes sociales, quienes les parece increíble lo que ha hecho este doctor con tal de seguir estando con su familia; aunque sea a una distancia prudente.
Cuando se le cuestionó en una entrevista cómo sobrellevaba la situación Jason Barnes afirmó que, si bien era algo incómodo, era un sacrificio que estaba dispuesto a tomar con tal de seguir haciendo su trabajo y procurar no contagiar a su familia de coronavirus.
El doctor dice que, aunque toma todas las medidas necesarias para tratar a los pacientes en el hospital, nunca se está 100 por ciento seguro de que no sea él un portador pasivo que pueda llevar el virus a las personas que más quiere.