Conoce a Evita Paz, la primer millennial que no se amarga por cualquier cosa

Conoce a Evita Paz, la primer millennial que no se amarga por cualquier cosa

por Yisus

La humanidad ha recuperado la esperanza

México.- Por si creías que los millennials son esa generación perdida que llora por todo, pues estabas ¡en lo correcto! No obstante, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de El Deforma se dieron a la tarea de averiguar si aún existe esperanza para el optimismo de la raza humana, y se encontraron con una historia que tus tías no podrán evitar compartir.

Fuimos testigos de la primer millennial que no se amarga ni se ofende por todo lo que ve en Internet: Evita Paz.  Tras su descubrimiento ahora todo el mundo quiere conocerla, a excepción de otras generaciones, quienes hicieron un berrinche al leer esta noticia.

Según los investigadores, esta joven promesa de la humanidad lleva años sin comentar, motivada por el odio y el resentimiento, cualquier publicación en redes sociales, pues ella ya encontró la cura para la amargura que cambió la forma en que perciben a los millennials. 

De acuerdo con la investigación, hasta hace poco tiempo Evita Paz era una millennial común y corriente: se ofendía por cualquier cosa y escribía con ira en redes para despotricar contra el primero que se le pusiera en la pantalla de su celular, hasta que un día decidió ir a terapia, o mejor dicho, la obligó su mamá.

Para su estrés y amargura, a Evita Paz le tocó un psicólogo muy impuntual, sin embargo, en el lugar siempre le daban una bebida refrescante de sabor toronja para hacer más amena la espera, resultando esta fórmula en el elixir perfecto para poder vivir sin amarguras.

Lo que Evita desconocía es que se trataba de una nueva forma para arrancar la raíz del “ash eso qué” y sembrar la semilla de “chi cheñol” gracias a los elementos que contenía este líquido anti-amarguras para tomarse la vida más ligera.

Por su parte, Evita Paz invitó a todos los millennials para que se unieran a su causa en una cadena de donación para hacer de este mundo un lugar más fresco, más animado, más “venga sí me aviento”, pues ya suficiente tenía con que generaciones anteriores creyeran que solo se quejaban, dejando boquiabiertos a más de un baby boomer.

Al parecer esta invitación fue una buena idea ya que cada día un joven millennial se salva del cinismo crónico y se une a una cadena sin amarguras.

Seguiremos informando.

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