¿Alguien puede pensar en los pacientes?
Avenida Vademecum.- La receta de un médico no pudo ser interpretada por un boticario así que pidió ayuda en Twitter para que alguien le ayude a descifrarla y así poder surtir el medicamento al paciente.
Y es que los médicos (“doctores” como ellos mismo se autonombran) tienen fama de tener una letra horrible (tal vez reflejo de lo poco que les importa el paciente ¡vayan ustedes a saber!) y de prescribir recetas que muchas veces son ilegibles para el ojo humano, y parece que ni todo el mame del mundo los va a hacer echarle ganas a la hora de escribir o de que se quiten la bata cuando no estén en el consultorio o en quirófano.
Así las cosas, la receta de una de estas criaturitas del Señor llegó a las manos de un farmacéutico en Madrid, quien ante la imposibilidad humana de entender lo que decía la prescripción, tomó foto de la misma y abrió un hilo en Twitter para ver si había alguien capaz de interpretar qué es lo que quiso decir el médico.
¿No os parecen una falta de respeto recetas tan ilegibles?
PD: ¿Qué creéis que es? pic.twitter.com/vF1Hw5GDuE— Julio (@JulioFdez79) November 17, 2021
“¿No os parece una falta de respeto recetas tan ilegibles? PD: ¿Qué creéis que es?”, publicó el confundido boticario.
Además del mensaje cifrado que debía convertirse en un medicamento, en la receta tampoco se entendía la fecha, requisito indispensable para que las farmacias y boticas puedan surtir la orden médica.
“Yo leo ‘suertudo’, pero supongo que no existe ningún medicamento con ese nombre, jajaja”, escribió un cibernauta intentando ayudar. “Esmelucom”, escribió otro que le gusta inventar medicamentos.
Yo leo "suertudo", pero supongo que no existe ningún medicamento con ese nombre, jajaja.
— MargaMorguix⚖️🏴🇨🇺 (@MMorguix) November 17, 2021
“Está claro. Es el Sdfetrbvo de toda la vida”, comentó otro.
Ante la imposibilidad de que alguien pudiera entender el garabato médico, se acudió a la plataforma de sanidad y con el informe de las dolencias del paciente se llegó a la conclusión de que se trataba de Simeticon, un medicamento que se utiliza para reducir la hinchazón generada por los gases y que supuestamente fue lo que quiso escribir el recetero.