Ya vimos la serie Sweet Tooth y es como una "Betty, la fea" solo que con más cuernos

Ya vimos la serie Sweet Tooth y es como una “Betty, la fea” solo que con más cuernos

por Adolfo Santino

Y pensar que es la más vista en México…

La nueva serie “sensación” de Netflix ya está aquí, y lleva el empalagoso y diabético nombre de Sweet Tooth (“Caramelo” o “Glotón” o “Diente Dulce”, según la escuela pública donde hayan aprendido inglés).

La serie basa de la premisa “actual” de un virus que ataca a la humanidad, pero aquí en lugar de correr a Costco a comprar papel del baño, la gente vive una histeria luego de descubrir que están naciendo bebés mitad humanos mitad mitad bestias, lo que provoca un caos en lo que queda de la sociedad. Bueno, eso imaginamos porque ni nos muestran casi nada.

Así las cosas, un padre de familia huye con su niño híbrido a una reserva para no tener contacto con la humanidad temerosa de estos nuevos seres. Sin explicar cómo o por qué, padre e hijo viven en un búnker auto sustentable en el que al parecer hasta ropa de marca consiguen conforme el niño va creciendo.

Llega un punto donde el padre muere tal vez infectado del virus (en esto sí se parece al Covid, donde a pesar de estar encerrados la gente se contagiaba) y deja a Gus a su suerte, y es ahí donde se encuentra en el mejor momento a Grandote, quien lo salva de unos cazadores, empezando así una especie de road movie que da más nauseas que “ternura”, siguiendo la intención principal de la serie desde el nombre.

La verdad no es tanto por hacer o no spoiler, sino porque la serie no da para más, los siguientes capítulos se basan en la “sobreviviencia” de Gus y “Grandote”, quien se va encariñando del “niño” mientras encuentren a otros híbridos, quienes se les van uniendo en una blasfemia a “La Comunidad del Anillo”

Cada que usan en la serie efectos especiales o CGI, la angustia se apodera del espectador ante el pésimo trabajo mostrado en pantalla, pero esto no  es lo peor: la narración hecha por James Brolin hecha a manera de fábula no solo es innecesaria sino que no está acorde a la historia “juvenil” pues explican cuestiones existenciales y recuerdos del pasado de los que claramente Gus no fue parte.

La serie es cursi, redundante y simplona, y el hecho que esté en primer lugar de las más vistas en nuestro país, habla más del pueblo “bueno y sabio” que de la propia productora.

 

Y por si no lo viste: Christian Nodal le habría pagado a los ex novios de Belinda para que se quitarán el tatuaje que tenían de ella.

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