CONTINENTALMENTE CIERTO
“¡Que Dios se lo pague!”
“4. Que la gente valore que se forman desde temprano para acaparar pasteles”
“¿Ahora quién me va a querer comprar la mía?”, sollozó Samuel García el nuevo modelo
“¡Que Dios se lo pague!”
Su contrato ya estipula qué hacer si se pone “tiploso”
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