Restaurante japonés vende ajolotes fritos y se echaron a todo México encima

Restaurante japonés vende ajolotes fritos y se echaron a todo México encima

por Adolfo Santino
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No los volverás a ver igual

Bahía de la infamia.- Un restaurante en Japón ofrece dentro de su menú un platillo de “ajolotes fritos”, lo que explica por qué son atacados por Godzilla.

La infamia fue denunciada por el comunicados Nelson Valdés, quien descubrió en un local de Yokohama el platillo a base de ajolotes fritos, explicando de un jalón muchos de los eventos del siglo pasado.

En su misma publicación, el periodista explico que “el restaurante afirma que sus ajolotes son criados por ellos mismos en cautiverio”, y pues nomás hay que ver los animes para saber que está mintiendo.

 

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Recordemos que el ajolote es un anfibio declarado A NIVEL MUNDIAL como una especie en peligro de extinción, de ahí que el platillo sea una afrenta no solo contra los mexicanos que hemos visto en los últimos años al animalito como “mascota nacional”, sino contra el mundo entero.

Increíble que haya personas que coman ajolotes

En la misma publicación agrega que “el mismo sitio también ofrece camello, hígado de tiburón, carne de oso pardo, cocodrilo, entre todos animales”, cambiando para siempre nuestra percepción de las caricaturas con las que crecimos.

Para hacer más grave la situación, Unión Internacional para la Conservación de las Especies estableció en 2019 que solo quedaban entre 50 mil y 100 ajolotes en todo el mundo, y ahora sí que estos vatos comiéndoselos. Y todavía tienen el descaro de quejarse de que en México no servimos el sushi “como debe ser”, cuando se los mejoramos como 200 veces con el quesito, la carnita y empanizado por fuera.

A manera de aclaración para los subjetivistas orientales y veganos de los alrededores que intentan justificar diciendo “ustedes comen vacas y nosotros perros”, hay una explicación evolutiva y antropológica para ello, ya que el ganado además de no ser animales de compañía, ofrecen infinitamente más valor nutrimental que un gato, y esa es la razón de por qué comemos unos y no otros.

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