Ya ni Hugo Sánchez
Cueva de Narciso.- Una alcaldesa pensó que sería buena idea cambiarle el nombre a una calle para ponerle el suyo y ya sabrán cómo le fue en las redes sociales.
Se trata de Hiselle Díaz del Castillo, presidenta municipal del municipio de Conkal en Yucatán, quien considera que su gestión será tan recordada que hasta una calle con su nombre merece.
Sabrán ustedes que en Conkal, que está ubicado a unos minutos al norte de Mérida, se acostumbra que las calles están numeradas, entonces cuando el nombre de la edil apareció en una avenida nueva, pues resaltó como chile habanero en barbacoa.
En el municipio de Conkal, en #Yucatán, la alcaldesa de origen priista Hiselle Díaz del Castillo ya tiene una avenida con su nombre; lo que desató las criticas entre los conkaleños quienes reprocharon esta acción. https://t.co/HnVW8WroYD pic.twitter.com/aBIVQKJ7y5
— Político MX (@politicomx) November 10, 2021
La avenida iba (o va) a llevar el nombre completo de la edil, es decir, Avenida Hiselle Díaz del Castillo (tan bonito que sería avenidas “Cri Cri”, “Cantinflas”, Sendero del Jaguar, Refugio Monarca, Taco de Pastor, en fin, ideas nada más), cosa que no le gustó nada a los habitantes del conocido municipio de Conkal.
De extracción priísta, Hiselle al ver la situación salió a publicar un video para “desmentir” que la avenida fuera a llevar su nombre (a pesar de en efecto había letreros en la calle con su nombre):
El video fue divulgado a través de la página oficial del municipio, y más que desmentir los hechos, le echó la culpa a los desarrolladores de la colonia, lo que traducido al cristiano significa: “Ya me torcieron, pero me hackearon”.
“La avenida es de nueva creación y no tiene autorización para usar nomenclatura con el nombre de la alcaldesa”, asegura la mujer.
Cabe mencionar que la administración de Díaz del Castillo va por su segundo período debido a que se reeligió el 6 de junio, de ahí que se explique que le haya llegado la megalomanía de ponerle un nombre a una calle.
Hasta el cierre de la presente edición (sí, como si fuera imprenta), el letrero con su nombre seguía ahí, y aunque posiblemente sí vaya a cambiar, Hiselle de seguro ya se fue a tomar una foto ahí para contarle a sus nietos.