La primaria en realidad no era muy diferente a la cárcel
Tu Infancia – La primaria era un lugar extraño. Sepa a quién se le habrá ocurrido que meter a cientos de niños salvajes en un espacio cerrado durante muchas horas al año era una buena idea. Era aburrido, caótico y las cosas se salían de control tarde o temprano.
Para pasar el rato, muchos de nosotros nos dedicábamos a usar lo que tuviéramos a la mano para entretenernos o sembrar el caos. Y como por arte de magia, resulta que de hecho casi todos los niños mexicanos hacíamos más o menos estas mismas cosas.
De hecho muchas de estas actividades son válidas todavía si estudias diseño gráfico, que como todos sabemos es básicamente estudiar el kinder de forma profesional.
Los niños de ahora no lo entenderán y sus recuerdos de la primaria estarán plagados de televisiones, pantallas y resentimiento. Pero para nosotros que sí alcanzamos a conocer los placeres de la educación presencial, armamos esta lista de cosas que todos hacíamos en la primaria:
1. Acuchillar borradores con el lapiz
Acribillar a tu borrador con un lápiz era como pisarle los tenis nuevos a tus compañeros, un ritual de iniciación básico para funcionar.
2. Hacer rollo el cosito de la mochila
Los más introvertidos todavía lo hacemos porque además de relajarte te da algo que hacer con las manos que no sea solamente este gesto: 👉👈
3. Hacer esa S fea
— Biblioteca Pública del Internet (@LaMemetecaMX) October 1, 2020
¿Por qué en todos lados se hacía esa letra S fea? ¿Es algo innato al ser humano o que nos enseñan antes de nacer? Son preguntas que jamás obtendrán respuesta, ¿está claro?
4. Esos juegos mensos con la calculadora
Impresionante cómo teníamos la habilidad para aprendernos complejos juegos con números y operaciones matemáticas, pero no para aprendernos las tablas y todo lo demás.
5. Monearte con los plumones de alcohol
Bien dicen que la escuela te prepara para el futuro y muchos adquirieron su propensión a inhalar cosas con fines recreativos gracias a los marcadores.
6. Jugar futbol con un bote de Frutsi con basura adentro
Si no tenías el privilegio de estar en un colegio privado en donde te prestaran balones a la hora del recreo, te veías obligado a ser creativo con tus recursos y usar la imaginación para sobrevivir.
7. Tomar boing de triangulito
Sin duda un platillo de alta cocina en ese momento y aún ahora. Parte de la experiencia era aplastar la caja al final y sentirte poderoso haciéndolo.
8. Llorar en el baño
Miren, la psique humana es de por sí frágil y no sé ustedes, pero yo tengo muchos recuerdos escapándome a echar una rica lloradita secreta en la primaria, secundaria, prepa e incluso en la oficina. ¿Es algo universal? No sé, pero debería.
9. Comerte tu desayuno escolar
¿Quién para…? 👉👈 pic.twitter.com/sB4hOaGZYM
— Biblioteca Pública del Internet (@LaMemetecaMX) October 1, 2020
Esta es una que no me tocó porque creo que en Monterrey no había esas cosas, pero me cuentan que los chamacos chilangos disfrutaban de un desayuno completo en las primarias y que se ha ido poniendo mejor con los años. Yo en la primaria desayunaba cigarros y café así que cualquier cosa hubiera sido una mejoría.
10. Intentar meter el Atlas a tu mochila y fracasar
El Atlas era un gran invento en teoría, pero en la práctica se salía de la mochila, rara vez se usaba y nomás andabas cargándolo para nada.
11. Hacer pequeñas catapultas con ligas y papeles doblados
Increíble la capacidad de crear un arma que sí dolía usando solo recursos de oficina. Ese nivel de creatividad solo lo tienen los morros de primaria y los PRESOS.
12. Jugar Basta
No me gustaba el Basta en la escuela y no me gusta el Basta en las ciberpedas de la nueva normalidad. ¿Qué necesidad de estresarse así?
13. Comprar comida con 10 pesos
El mejor indicador de la economía son los churrumais. Todos entendemos que antes podías comprar muchos con un billete de 10 pesos y que ahora ya no tantos. Sin meterse en tantos conceptos económicos, es la mejor forma de entender conceptos como la inflación o lo salvaje del capitalismo.
14. Hacer llorar a tus maestros
A menudo un deporte en las escuelas públicas en la secundaria. Aunque a veces lloraban por su propia cuenta, muchos se daban a la tarea de orillarlos de esas crueles maneras que solo los niños pueden concebir.