Fue algo tranqui
Meméxico.- Otro año voló y con una legendaria peda se celebró la clausura del Maratón Reyes-Guadalupe. Millones de borrachos viajan para enfiestar en la Basílica de Guadalupe, con el fin de agradecerle a la Virgencita que no murieron de una congestión alcohólica.
Todos hemos escuchado del famoso Maratón Guadalupe-Reyes, donde durante 25 días seguidos tienes derecho de ponerte una buena guarapeta y terminar hasta las chanclas. Sin embargo, este reto es para borrachos amateurs y gente que no aguanta mucho.
El verdadero maratón se vive del 6 de enero al 12 de diciembre, es en estas fechas cuando se nota la verdadera intensidad y el alcohol comienza a fluir por tus venas. El chiste es empedar lo más que se pueda cada fin de semana o de menos unas cuántas chelitas.
Es por eso que, en conmemoración a la Virgen de Guadalupe y el no haber muerto por una congestión alcohólica, más de 9 millones de peregrinos vinieron este 2019 a la Ceremonia de Clausura en la Basílica.
“Es una bella experiencia que todo mexicano debe de vivir al menos una vez en la vida, es como ir Coachella pero en la CDMX” dijo uno de nuestros becarios que llegó en vivo a trabajar y oliendo a puro tequila, “Hay gente con disfraces, chingos de comida, alcohol y basura por todos lados”, finaliza.
Usualmente, la ceremonia de clausura del Maratón Reyes-Guadalupe tiene artistas invitados como Itati Cantoral, La Arrolladora o Reik. Sin embargo, este año el show estelar fue el Niño Dios Gigante que debutó como DJ, en honor a su mamita chula.
Afortunadamente, una vez que acaba el maratón hay puestos de hot dogs, hamburguesas y tacos afuera de la Basílica de Guadalupe para que se te baje la peda. Ahora sólo queda la talacha para los trabajadores, a quienes les toca limpiar toda la basura de estos marsupiales.