Méndigos chamacos nivel: se esconde, se queda dormido y lo dan por desaparecido

Méndigos chamacos nivel: se esconde, se queda dormido y lo dan por desaparecido

por Redacción

Abusadillo desde chiquillo

México.- Eso a lo que se le conoce como la guasa, para los niños es algo normal, algo de todos los días, bromear a sus padres es lo único que los une a ellos. Lo malo es cuando las cosas se salen de control y te dan por desaparecido por una sencilla bromilla pilla.

Justo como le ocurrió a nuestro amiguito morelense mientras acompañaba a su mamá para hacer el súper.

Así como tú cuando te escondías en las telas de la Parisina, a este chamaco se le ocurrió esconderse tan bien, tan perfectamente camuflajeado en el anaquel del papel de baño , que terminó por quedarse dormido.

¿Cuánto tiempo pasó sin darse cuenta de su hijo desaparecido que hasta le dio tiempo de echarse una jetita?

 

Al percatarse de su desaparición, la madre sufrió una terrible crisis nerviosa y comenzó a movilizar a medio mundo para encontrar a su niño. Policía local ayudó a la madre para revisar las calles, el kinder y el mismo supermercado, notando en las grabaciones del establecimiento que el niño no había salido del lugar.

Finalmente, anaquel tras anaquel, lograron visualizar los zapatitos del menor, encontrando a su niño sano y salvo mientras dormía una siesta.

Las veces que tu mamá te da por desaparecido y tú como si nada

Esta no será la primera ni la última vez que se da le pitazo de un menor desaparecido debido a una distracción de ambas partes. Por ejemplo, esta es mi historia.

Tendría unos 8 o 9 años. Acompañaba a mi mamá por las compras en el mercado. Ella se adelantó un poco para ingresar a un pasillo, mientras yo observaba las piñatas colgadas en el techo, caminando sin mirar dónde.

De repente, regresé la mirada hacia enfrente y mi mamá había desaparecido. Regresé al inicio del pasillo para ver si estaba en el pasillo principal, pero ya no estaba. Pensé: “bueno, este es mi fin”.

Segundos después mi mamá me gritó. Y aquí estamos, amigos, desde 1988 en esta tragicomedia llamada la existencia.

Seguiremos dándole a esto hasta que Dios o Azcárraga nos dé licencia.

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