Esta foto nos hace preguntarnos si el amor por los perrhijos se ha salido de control

Esta foto nos hace preguntarnos si el amor por los perrhijos se ha salido de control

por Oso Rulo

¿A dónde vamos a parar?

En algún lugar de un gran país.- Una publicación del gran mar de Facebook llegó a nuestro Departamento de Cuidados Emocionales por los Infantes. Sin fecha exacta o lugar que demarque su procedencia, la siguiente imagen hizo un ruido lejano que cimbró un pequeño destello en el universo de cosas chibis del Internet.

Una señora, presuntamente abuelita, encamina a “su pequeño” en apuros, que va subido en un triciclo, rumbo a los caminos de la vida; en realidad los caminos de la vida son un puente con una inclinación de 65 grados y su pequeño no es un bebé humano, es un suave peyito del que aún no tenemos el placer de conocer su nombre.

Como medio de entretenimiento con cierto rigor periodístico (proveniente de  uno de los tantos becarios que estudiaron comunicación y ahora son esclavos) nos hicimos muchas preguntas respecto al bello fotoensayo que nos acompaña este día:

¿Es el puente que está acaso frente al mercado de Sonora?

 ¿Es esta una nueva y misteriosa campaña de triciclos Apache?

¿Esto es un advertencia de que el amor descomunal que sentimos por los animales opacará toda la atención que necesitan nuestros hijos?

¿Esto nos pasa por ser unos malditos especistas?

¿Lo veremos en el próximo capítulo de La Rosa de Guadalupe y de Black Mirror?

¿Alguien quiere pensar en los niños?

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