Teóricos sostienen que todo es un gran trolleo (I did it for the lulz)
Ciudad del Tururú.- Llega el momento en la vida de todo chilango en que sabes, con resignación, que llegarás tarde, muy tarde a donde sea que vayas. Y todo porque no saliste con 2 horas de anticipación e, ilusamente, confiaste que el metro iría rápido. Gran error.
La pesadilla suele ser más fuerte cuando el metro se detiene diez minutos en cada estación y tú no tienes un libro para entretenerte, además tu celular ya no tiene pila. ¿Qué hacer entonces? No existe más opción que pensar, imaginar, crear situaciones hipotéticas, intentar resolver los grandes misterios de la humanidad: “¿Cuántos años tiene Chabelo?”, “¿El Cruz Azul ganará alguna vez un título”, “¿Qué le pasa a Lupita?”, “¿Por qué siempre gana el PRI?”, “¿Por qué el maldito metro va tan lento?”
Luego de preguntarte tantas cosas, eliges un tema y te pones a reflexionar. Esto fue exactamente lo que sucedió cuando el metro se detuvo y uno de nuestros becarios aprovechó ese tiempo perdido para idear 8 teorías sobre por qué la marcha de los trenes es muy lenta. Aquí los resultados:
1. La nutrición de un diabólico gobierno
Los funcionarios se alimentan de la angustia y desesperación que los metronautas transpiran día con día cuando ocupan este transporte. Si el metro funcionara bien, la gente sería feliz y sus gobernantes no podrían sobrevivir. Un pueblo oprimido hasta en sus actividades más rutinarias, no podrá revelarse contra la oligarquía… qué chairo.
2. El gran performance
Detrás de la lentitud de la limusina naranja se encuentra un artista posmoderno que realiza un enorme performance, utilizando como material el sufrimiento de la gente al desesperarse por ver que el metro no avanza. Su objetivo es problematizar, deconstruir, llamar la atención y ganarse una beca del siempre inútil FONCA.
3. La sala de lectura
Para fomentar la lectura en el metro (o el uso de celulares), el Gobierno de Mancera ordenó que la marcha de los trenes sea muy lenta.
4. El sistema de contratación de los choferes:
—Vengo por el puesto de chofer del metro
—¿Habilidades?
—Me gusta conducir muy lento, detenerme sin previo aviso, y tardar el mayor tiempo posible en los trayectos.
—¡Contratadísimo!
5. La teoría del tallarín naranja
Si se observa con atención, el metro es un enorme tallarín que es absorbido por un túnel. La ciudad a veces está satisfecha y ya no quiere comer más tallarines.
6. El camino espiritual
Detrás del sufrimiento, siempre existe una luz y un deseo de renacer. El Gobierno lo sabe y nos ayuda día con día dándonos motivos de desesperación, estrés y angustia, a fin de que toquemos fondo, mandemos todo ALV, y venzamos nuestro ego. Y sin drogas, padrino.
7. Chécate mídete muévete
El Gobierno busca hacer de la CDMX un lugar de peatones sanos, fuertes y atléticos. Para conseguir tan ambicioso objetivo, detiene la marcha de los trenes y así obliga a los usuarios a que se bajen del metro y prefieran caminar.
8. La factura de la guajolota
Millones de capitalinos se alimentan con tortas de tamal. Esto los hace tener unos kilitos de más; de modo que, al usar el metro, los trenes no aguantan tanto sobrepeso y avanzan con lentitud.