El día de la gloria picosita por fin ha llegado
Paseo de la Fama Salsera.- Finalmente, después de más de siete décadas de afortunada existencia, la ciudad de Tepic ha develado una estatua en honor al más grande de sus héroes. El héroe que acompaña todas las botanas, los mariscos y cualquier sabrosa comida. Sí, nos referimos a (comiencen a salivar) la Salsa Huichol.
A medio día, los habitantes de Tepic se reunieron (con Susana distancia, sin amontonarse y con todas las medidas de seguridad) para presenciar la develación de la estatua. Mientras sonaba una música tradicional de los huicholes, un enorme telón cayó para mostrar en todo su esplendor una reluciente estatua de la tradicional Salsa Huichol.
Varios llevaban, para disfrutar del memorable evento, que sus papitas, que sus chicharrones, que su torta de pulpo, que su tostada de camarón, que su pizza; todo acompañado, por supuesto, con la más gloriosa de las delicias nayaritas. Incluso, los asistentes repartieron las distintas versiones de Salsa Huichol para cada uno de sus platillos: la Sabor Limón, Habanera, Botanas, Negra y, la madre de todas las salsas, la Picante.
La Salsa Huichol, el alma de los alimentos en México
“Hay gente que acompaña sus botanas con un toque de Salsa Huichol, pero yo acompaño a mi Salsa Huichol con un toque de botanas, o mariscos, o lo que encuentre; lo importante es experimentar esa picosita consistencia salsera…”, reflexionó don Tiburcio Botanero, habitante de Tepic, en exclusiva para este medio.
Varios testigos contemplaron este histórico momento mientras brotaban lágrimas de sus ojos. Sin embargo, aún no se sabe si lloraban de la emoción o de la enchilación, pero lo más probable es que era de las dos cosas.
Mientras tanto, miles de mexicanos de todos los rincones del país presenciaron la ceremonia por videollamada. Todos se unieron virtualmente para hacer un brindis levantando sus salsitas en honor a don Roberto López Flores, creador de esta maravilla, y de la infaltable Salsa Huichol.
“Échale sin miedo, mijo, que hoy es un día muy especial”, ordenó una señora a su hijo que sostenía un suculento chicharrón preparado que, nomás de ver cómo le iba cayendo la Salsa Huichol, ya se nos hizo agua la boca.
