Que estaba soñando bien a gusto
Altar de los aspavientos.- Una mujer de buen corazón se metió a interrumpir una misa que porque estaban haciendo mucho ruido y no la dejaban dormir.
Los agnósticos hechos ocurrieron en una parroquia de la ciudad de Neiva, en Colombia, donde “la misa de gallo” se convirtió en todo un conflicto laico cuando la mujer en cuestión se metió hasta el altar para reclamarle al sacerdote oficiante por el ruido.
Esta misa se puso interesante
“Todo el mundo está durmiendo. Por favor, bájenle al volumen, son las 5 de la mañana, respeten el sueño”, grita la mujer una y otra vez mientras los feligreses la graban.
A pesar de sus reclamos, el vicario sigue oficiando la misa, cosa que causa su molestia al sentirse ignorada, y es ahí donde le va cambiando el color de la cara debido al coraje.
Mujer interrumpió Santa Misa por el ruido.
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— Prófugos del Ácido Fólico (@EsdeProfugos) December 25, 2023
Conforme va reclamando, todos los presentes cantan y participan de la eucaristía, cuando ella les sigue recriminando por los decibeles que no la dejan dormir, y que después de haber hecho el corajito y levantarse para llegar hasta ahí, pues queremos creer que menos podría continuar con lo que estaba soñando.
La situación ha provocado todo tipo de reacciones, desde los que la critican por su actitud de confrontar a todos los que estaban en la iglesia, hasta los que le dan la razón a pesar de estar usando una camisa de Argentina.
“Cuándo el ruido es todos los días, 4 o 5 veces en el día, a la gente se le agota la paciencia y puede ser una misa en Neiva o en cualquier otro sitio”, “Una falta de respeto con las personas que no creen, a las 5 de la mañana no es hora para eso”, o “Hubiera sido un vecino con música alta hay si pelean todos, es igual de molesto”, son algunas reacciones de personas que han de tener bocinas bluetooth en sus casas.
Cabe aclarar que en Colombia, además de estar mal visto que los ciudadanos usen camisas de selecciones que les marcan penales en cada partido, la Corte Constitucional aclara que las congregaciones religiosas deben ofrecer respeto a las demás personas, sumado a que en zonas residenciales los niveles de ruido son de 65 decibeles en el día y 55 en la noche, cosa que sospechamos que esta parroquia no respetó.