Un evento extraordinario que ocurre una vez en la vida
Cada cierto tiempo en la vida de los seres vivos, al menos los que son conocidos por tener vida, una hecatombre rompe con lo cotidiano. Tras millones de movimientos planetarios se esconde un instante peculiar, una secuencia tan breve que eclipsa al infinito. Hoy, pensando en el instante que ocurre en lo que se recitan estas palabras, se piensan y mueren en el pasado, solo pudo ocurrir por lo que le sucedió consecuentemente. Hoy, a comparación de hace 5 años, equivalentes a 1826 días, era 2015.
Los paradigmas siempre son puestos a juego. Dentro de la teoría humana el único piso del entendimiento es compartido por todos. Pero un día no fue así, cuando los primeros seres se alimentaban de plantas, hasta que un día cruzaron con algunas sustancias que les permitieron desarrollar su mente. Antes de eso el lenguaje solo eran gestos, como bien dijo Thor, al final todo son palabras inventadas.
Las preguntas que unos se hicieron siguen presentes en nuestra mente. Lo que hoy no fue, mañana será. Para poder hablar, primero se necesita decir palabras, nos dijo El Bromas. Todos ríeron, lo odiaron en secreto porque sabían que tenía razón. Hoy nos mueven el suelo. Hoy, hace 5 años, era 2015. Eso solo puede significar una cosa. Todo y nada al mismo tiempo.
¿Que nos espera el día de mañana? ¿Por qué esperar? Quizá acaso es lo único que podemos hacer, correr contra el tiempo solo es real en la mente pero imposible de ejecutar. Esta es la jaula de nuestras vidas. En definitiva, la vida es una carrera anticipada hacia la muerte, sostiene Heidegger. Y con ello ha derivado, partiendo del problema del tiempo, hacia el tema de la muerte, otro de los grandes enigmas tratados intermitentemente en la historia de la filosofía y con el que está estrechamente relacionado.
Fin. No es cierto, el fin no existe. Estamos atrapados en la eternidad. Feliz Samsara.