Éramos felices y no lo sabíamos
Memory Lane.- Entre que el 2020 nos está haciendo añicos y el vacío existencial de nuestras vidas, decidimos desbloquear tus recuerdos (sin necesidad de un toque de weed) viajando a los años 90, donde la felicidad reinaba y no sufrías ansiedad ni te daba la depre.
Qué rico era llegar a la casa después de la escuela y jugar con tus juguetes, salir con tus compas a echar la reta que terminaba con Lalitas de a peso. Pedirle a tu abuela que te pusiera el VHS de Toy Story por millonesima vez en el día (suspira nostálgico).
Sentarte a ver Nickelodeon, Cartoon Network, las caricaturas del canal 5 y todo esto era antes de que existiera Shrek o los DVDs. Donde tenías que conectar tu compu al internet y no podías usar el teléfono y que El Deforma era el periódico impreso #1 del país.
Así que si naciste del 95 o 96 para atrás, seguro este listado de 15 recuerdos de los 90 te sacarán la lagrimita y te harán remembrar aquella época donde todo era más simple. Así que súbete a nuestro DeLorean que vamos al pasadooo!
1. Si tuviste un VHS de Disney con el simpático holograma de Mickey, esto era la gloria
¡¡¡Diiiisney es magiaaa, es diversioooon!!!
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2. ¿Cómo olvidar la memorabilia del Mundial de Francia 98?
3. O el View-Master con pelis de Disney y otras caricaturas
4. Los juguetes de los Power Rangers a los que le zafabas súper fácil los brazos
5. Oeia oh uhhh, oheiah uma-aeyo!! El comercial de Clight, clarooo!!!
https://www.youtube.com/watch?v=nldgOEMuVEg
6. Seguro viste Serafín
7. Y te enamoraste de Melissa Joan Heart en “Clarissa Lo Explica Todo”
8. Te encantaba el Insector…
9. Y el Ricochet Radiocontrol…
10. Pero en secreto amabas a Poochie
11. La Cajita Feliz de antes era mucho mejor que la de ahora… O sea Mickey en las Olimpiadas:
12. Snoopy viajando por el mundo
13. Y los juguetes de Tarzan, otro pedo
14. Ver los Transformers: Beast Wars y creerte Cheetah. Porque aceptémoslo, era el mejor de todos
15. Tener una Super Soaker era tu sueño húmedo
16. Y cómo te encantaba molestar en tu salón con tus manitas, hasta que se llenaba de polvo, pelos o se te rompían en una pared