Clásico que te comes un plátano que resulta ser una obra arte y te corren de la expo

Clásico que te comes un plátano que resulta ser una obra arte y te corren de la expo

por Redacción
Se comen platano de galería Art Basel

Chi cheñol Día del Plátano intensifies

El Día del Plátano – Un artista se comió la obra de otro artista. Así como lo leen. Hace unos días reportamos sorprendidos que un plátano pegado con cinta a una pared estaba, no solamente expuesta como una obra de arte en la feria Art Basel, sino también valuada en $120,000 dólares (como 2 millones 300 mil pesos). O eso valía, porque ya se la comieron.

El plátano pegado a la pared era una pieza del artista italiano Maurizio Cattelan titulada “El Comediante” y seguramente era una metáfora sobre lo perecedero (y sin embargo dulce) del arte o alguna cosa así, ya saben cómo se las gasta esa gente.

Y aunque a ti pudiera parecerte una babosada, de hecho la obra ya la habían comprado. Pero pues se la comieron. Fue un artista del performance llamado David Datuna quien en medio de la conmoción de la raza fue y se comió ese plátano. Acá pueden ver las imágenes:

Esto tuvo como consecuencia que lo corrieran del lugar y acá podemos ver cómo lo escoltan a la salida al señor.

¿Y qué le van a hacer?

Uff, lo que pasó después es un plot twist mejor que cuando Alan Moore le habla directo a la cámara al final de la primera temporada de Watchmen. Ahí les va: No le van a hacer nada al vato que se lo comió.

A mí me da como hambre, pero cada quién

Porque la pieza no es el plátano en sí. Lo que el artista creó y lo que el coleccionista compró fue LA IDEA de la obra. El concepto de un plátano pegado con cinta a la pared de una galería, es decir una ilusión, una sombra, una ficción. Lo que se comió el otro artista fue un plátano, pero no dañó la pieza artística, el símbolo que a fin de cuentas es lo importante.

Así que simplemente reemplazaron el plátano en la pared con otro y todo continúo como si nada, no cambió nada, no se logró nada. Mucho se arriesgó, pero el mundo del arte sigue igual, sin cimbrarse y lleno de mecates diciendo “eso ni es arte” o, citando a la infame Avelina Lésper: “De tu arte a mi arte, prefiero mi arte”.

 

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