El “Por eso, joven” no te salvará esta vez, puerco
Tinder.- En ocasiones pasadas, habíamos platicado (porque eso somos, mi gente, somos comadres), de no creer en todo lo que vemos en internet, especialmente en la aplicación para citas, Tinder, pues caras en ángulos perfectos vemos, realidades no sabemos.
Ahora bien, unamos dos de las fantasías millennialls por excelencia: la ya mencionada app, y Snapchat, específicamente el filtro que convierte a cualquier hombre en una hermosa mujer. El resultado es un perfil falso.
En San Francisco, un veinteañero llamado Ethan decidió jugar con este tipo de ilusiones y se abrió un perfil con su yo femenino en Tinder. La dulce jovencita contactó a varios que buscaban una bonita amistad, sin saber que un tal Robert Davis caería en su mortal trampa más rápido que un cojo.
La ironía de esta historia no recae en el hecho de que claramente se nota el paso del filtro, sino que el tal Robert Davis, resultó ser un policía de 40 años, a quien a pesar de haberle confesado tener “16 años”, dijo “pa’pronto” e insistió en tener encuentros físicos para hacer cochinadas.
Según palabras del mismísimo maestro de la ilusión, su principal motivación para atrapar rabosverdes fue el hecho de vivir lo mismo a través del abuso que sufrió una de sus amistades, por lo que ahora este policía… ¡¿pagará una multa y será libre?!
Pues parece que sí.
Pero eso no quita aprender una valiosa lección: esa película de Sentencia Previa con Tom Cruise quizá tenía razón, puede ser que no sucediera el crimen, pero también puede ser que sí… En fin.
Recuerden también una lección 2.0: no le crean a nadie en Tinder, menos cuando dicen ser veganos, disfrutar de la playa y ser fitness, esos son los peores.