Hasta las cucharas se llevaron
México.- Si eres de esas personas que, cuando dejan de rentar un depa para mudarse a otro, se llevan hasta la tarja de los trastes y el bólier, quizás te identifiques con las familias de los expresidentes que han habitado Los Pinos años atrás, pues al parecer aplicaron el “Año de Hidalgo”, o sea, “*ingue su madre el que deje algo”.
No nos adelantemos todavía ni tomemos posturas chairas. Hay que explicar bien este asunto: sucede que cuando se realizó la entrega oficial de Los Pinos, se dijo que había obras de arte y unas cucharas bien mamalonas del tiempo de don Porfis, lo cual era parte de la ex residencia; sin embargo, nada de eso apareció y se dijo que nomás era cuestión de buscarle bien.
Pero no, ya revisaron la bodega de Los Pinos, y no aparecieron los cuadros ni las cucharas. De hecho, los pintores que hace 25 años, por encargo de Carlos Salinas, realizaron trabajos artísticos han enviado una carta para saber dónde carajos quedaron sus obras.
Ante la desaparición de todos estos bienes, existen cuatro posibles explicaciones. Veamos:
1. Justificación de los derechairos: Cuando la casa de Los Pinos quedó abierta para el público en general, llegaron los amlovers y se robaron todo. Pues, tal como circuló en las fake news, se robaron hasta las plantas de Nochebuena que había en el patio.
2. Justificación de los chairos: EPN se quiso manchar y se llevó todo lo que encontró en Los Pinos, pensando que ya por vivir allí tenía derecho. Maldito gobierno neoliberal, nos despojó de todo, hasta de los cuadros que colgaban en Los Pinos.
3. Explicación coherente: No hay ningún robo, solamente las piezas artísticas y las cucharas fueron reubicadas y se encuentran en algún museo; pues en sexenios anteriores ya había pasado que los presidentes en turno ordenaban cambiar los cuadros y mandarlos a museos (esto sí es verdad).
4. Explicación del Deforma: Búsquenle bien, pídanle a la mamá de alguien que vaya a buscar esas cucharas. Alguna doñita al grito de “y si lo encuentro ¿qué te hago?”, podría resolver el problema en tres minutos.
