Claro, el rico siempre humillando al pobre
Mundo del Internet.- Hace algunos meses, el internet se conmovió con la noticia de que un vagabundo le dio 20 dólares a una mujer para que ésta pudiera echarle gasolina a su carro. La bondadosa acción de este buen hombre ocasionó que la mujer, como agradecimiento, comenzara a realizar una colecta por internet para darle una lanita al vagabundo.
Hasta ahí, la historia era emotiva y nos hizo recuperar nuestra fe en la humanidad. Pero, porque en el mundo real nunca hay finales felices, resulta que la colecta tuvo tanto éxito que se logró reunir 400 mil dólares (unos ocho millones de pesos, una lana que tal vez no ganarás en toda tu vida) y ahora resulta que dice mi mamá que siempre no, que mejor no le darán ese dinero al vagabundo porque es mucho y puede gastárselo en drogas.
Johnny Bobbitt Jr., de 35 años, es el hombre sin hogar que vive en las calles de Filadelfia y que su suerte casi cambió luego de darle 20 dolarucos a Kate McClure para que le echara gasolina a su carro. Kate y su novio Mark comenzaron la colecta y su plan era reunir unos 10 mil dólares para Johnny, pero el problema fue el exceso de generosidad de las personas que apoyaron esta linda causa.
Y ahora el abogado del sintecho (pos, a huevo, tiene un abogado) les ha exigido a Kate y a Mark que se mochen con la lana, pues aún le deben unos 300 mil dólares. En su defensa, Kate argumentó que Johnny tiene problemas de drogas, por lo que es muy peligroso darle tanto dinero puesto que sería como darle “un arma cargada”, así que mejor se lo va a guardar hasta que Johnny demuestre que es un hombre de provecho y que ya dejó las drogas.
Quien se puso más perro fue el novio de Kate, Mark, quien declaró ante el diario gringo The Philadelphia Inquirer que iba a quemar la lana frente al vagabundo, porque si le daban ese dinero, nunca logrará dejar las drogas.
Mientras tanto, los ejecutivos de, GoFundMe, la plataforma donde se recaudó esa lana, dijeron que investigarán el caso, puesto que los miles de donadores tienen derecho a saber quién se quedará con ese dinero: si el buen hombre sin hogar, o la feliz pareja que ya está haciendo angelitos con toda esa fortuna.