Típico que no aguantas al perro del vecino y pones cumbias a todo volumen ¡¡por 16 años!!

Típico que no aguantas al perro del vecino y pones cumbias a todo volumen ¡¡por 16 años!!

por Lui

Oi, nomás, ese operón

Internet de las cosas.- Dicen que el mejor sentimiento del mundo es el amor, pero en realidad el mejor sentimiento del mundo es el dulce sabor de la venganza cuando pones unas cumbias bien densas a todo volumen como forma de protesta porque el perro de tu vecino no te deja vivir tranquilamente.

O al menos eso es lo que podríamos concluir después de enterarnos de que en las lejanas tierras de Eslovaquia una mujer de nombre Eva quiso vengarse del molesto perrijo de su vecino propinándole una buena dosis de ópera en la voz de Plácido Domingo, “ya me tienes hasta la madre, ¡vete a la Verdi!”, exclamó la mujer y en seguida comenzó a sonar un fragmento de cuatro minutos de la Traviata.

Pero, espérate tantito, eso no fue lo castrante y catastrófico del caso, sino que esa mujer puso la misma música a todo volumen por ¡16 años consecutivos! O sea que seguramente dejó sordos a todos los pobres lomitos de la colonia. Las personas pues como quiera se tapan los oídos y ya, pero esas pobres criaturas caninas…

Aún no sabemos por qué los vecinos pudieron soportar 16 años de escándalo, oyendo la misma melodía desde las seis de la mañana hasta las diez de la noche, quizás en Eslovaquia tengan más paciencia y sean más tolerantes (en México, a los dos días ya se hubieran armado los madrazos entre vecinos, ¿sí o no, raza?).

Uno de los afectados le reclamó a la vecina diciéndole que “A zenélő ház tulajdonosa nem tartotta tiszteletben a Legfelsőbb Bíróság ítéletét sem, amely elrendelte a zene leállítását”, que en español mexicano significa: “ya bájele dos rayitas a su pinshi escándalo, mañana tengo chamba”. A lo que ella respondió: “Indítványozták a vizsgálati fogságba helyezését is” que significa “¡Oblígame, prro!”

El caso es que finalmente le cayó la policía y la calló de una vez por todas. Le desconectaron el aparato y le aplicaron un “ya siéntese señora”, que consistió en llevarla a prisión y dejarla ahí de seis meses a tres años.

Tal vez le habrían dado más tiempo de cárcel si, en lugar de ópera, hubiera puesto reggaetón del más puerco.

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