Un muñeco vudú rechazó la atención médica del equipo de enfermería de un hospital de la localidad, porque según argumenta, es intolerante a los piquetes.
“No puedo sentir agujas sobre mi cuerpo, no tolero ni tratamientos de acupuntura, ni inyecciones, ni siquiera puedo coser por el temor latente a picarme con la aguja”, reveló el muñeco.
El equipo de enfermería quedó perplejo ante esta revelación, puesto que se supone que, al ser vudú, su función es precisamente la de tolerar agujas en su cuerpo, u otros objetos afilados.
Según el jefe de urgencias del nosocomio, se tuvo que recurrir a algunos trucos para poder inyectar al compungido muñeco, ya que fue vital suministrarle sueros intravenosos para lograr compensar el balance de líquidos de su organismo.
“Una de las enfermeras de turno nos apoyó para distraer al muñeco, le mostró algunos objetos brillantes para llamar su atención, cuando volteó hacia el otro lado, su compañera rápidamente le colocó la inyección en el brazo izquierdo, fue una maniobra rapidísima, que se dio en menos de 2 segundos”, reveló el médico tratante.
Al sentir el piquete sorpresivo, el muñeco gritó a todo pulmón, pero la inyección ya le había sido colocada exitosamente, pudiendo canalizarle los sueros y otros medicamentos.
En vano fueron los reclamos del muñeco hacia su enfermera al sentirse burlado, puesto que ella simplemente se limitó a sonreír y continuar con las labores de su turno.
Cuando el muñeco se dio cuenta de que el piquete no le fue tan letal como suponía, pasados 15 minutos, reveló que consideraría la alternativa de dejarse inyectar de manera voluntaria en el futuro. El tratamiento resultó ser exitoso para el muñeco, pues respondió de manera rápida a los medicamentos y a la rehidratación, por lo que pudo ser dado de alta ese mismo día.