Que no es lo mismo pero es igual
México.- Llega el momento en la vida de todo individuo en que el cabello comienza a caer, la rodilla duele y la cruda es más despiadada. A este episodio de la vida se le conoce como la chavorruquescencia y es una etapa tan dolorosa como la adolescencia, pero más, porque los adolescentes aún tienen toda la juventud por delante mientras que los chavorrucos están a un paso de volverse unos canosos señores.
Antropólogos de la Universidad de la Vida aseguran que los chavorrucos, en un principio, eran esas personas de treinta y tantos que se negaban a comportarse conforme a su edad. Pero este término cambió y, ahora, un chavorruco es aquella persona que aún no está tan traqueteada como para ser un señor, pero tampoco tiene la lozanía de una persona de veintitantos años.
Es cierto que cada quien vive su chavorruquescencia como se le pega la gana, pero pensemos por un momento que el chavorruco chilango tiene cualidades muy distintas al chavorruco de provincia.
Si existiera un prototipo chilango y otro de provincia para los chavorrucos, estas serían las principales diferencias. Acompáñenos: