12 cosas que piensas la primera vez que te subes al Metro

12 cosas que piensas la primera vez que te subes al Metro

por Lui

“Ah, numá, ese gusano metálico y naranja se mueve solito”

 

Ciudad del Tururú.- Tarde o temprano, querido lector, caerás en la red de la limusina naranja. Sólo puedes evitar conocer el metro de la CeDeMequis si eres millonario y tienes tu avión privado; de otro modo, no te quedará más opción que utilizar el eficiente (no es cierto) transporte anaranjado. Incluso cuando eres político, podrías tener que usarlo en algún momento, para que vean que “eres chido y haces cosas de gente prole”.

Los chilangos no recuerdan cómo fue su primera experiencia en el metro, pues para ellos es tan común como respirar aire gris o comer tortas tamaludas. Pero, cuando eres de provincia, tu primer encuentro con el gusano naranja es todo un abrumador acontecimiento que marcará el resto de tus días.

Nuestros becarios fuereños (perdón, “foráneos”) nos contaron cómo fue su experiencia cuando por primera vez se subieron a este apretado transporte. Aquí tenemos los 12 resultados sobresalientes. Puede checarlo, puede leerlo, va calado, va garantizado:  

 

1. Los de Tlaxcala no entienden esa extraña brujería de las escaleras que suben y bajan solas

2. Quieres tomarte fotos en el andén porque se ve muy chido cómo va llegando el metro, parece el DeLorean, pero más berghas porque cabe más gente

3. Piensan que el güey que se sube a vender pulseritas sí acaba de salir de la cárcel

4. Se estremecen bien cabrón cuando ven al chavo de la calle que se acuesta en vidrios (bueno, ésa aplica para todos)

5. Cuando el tren se detiene en el túnel, piensas que ya bailó Bertha y que te vas a quedar ahí para siempre

Por si no sabes cómo es el metro por dentro, más o menos se ve así

6. Por temor a caer o desintegrarte por la súper velocidad del tren, te sostienes con todas tus fuerzas del tubo (tardan años en aprender el delicado arte de surfear en el metro)

7. Imaginas que es un transporte eficiente y del primer mundo, como el metro de Rusia

8. Crees que llegarás en veinte minutos a tu destino (jajajá, iluso)

9. Cuando oyes el sonidito de advertencia de cierra de puertas, te pones nervioso y no quieres entrar

10. Aunque el metro es muy lento, te asombra la velocidad con que te roban el celular

11. Así como los chilangos se impresionan cuando ven por primera vez el mar, los de provincia quedan atónitos cuando suben al metro y ven el mar… de gente

12. Te quedas maravillado por los productos que venden los vagoneros: la pomada de mariguanol, la pelota boligoma, el audífono iPhone original de a veinte varitos…

 

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