Sin duda, un jugoso botín
Austin TV, Texas.- Tal y como lo leyó en el título nada clickbaitero de esta nota amable lector, un hombre, llamado Gilberto Escamilla, ha sido procesado por el delito de robo. Su jugoso y emparrillado botín eran nada más y nada menos que 1.2 millones de dólares… en paquetes de fajitas de carne.
Esta historia tiene varias aristas interesantes. Primero que nada, este hombre no robó de golpe toda esa carne, sino que, como empleado de confianza del Departamento de Justicia Juvenil estatal de Bronswille, Texas, robó todos y cada uno de los cargamentos de dicho alimento que iban destinados para ser servidos en los correccionales.
Esta situación la replicó durante nueve años sin que nadie lo notara hasta que, un mal día, Gilberto faltó a su trabajo para asistir al médico, tal vez por intoxicación de fajitas, y en su ausencia alguien llamó a la sede para informar la entrega de 800 libras (362 kilos) de carne.
El problema es que la institución no sirve fajitas de carne a sus internos. ¿O sí?
Foto genérica de Google al poner “Escamilla” en el buscador
Al ser interrogado sin tehuacanazo, Franco, digo, Gilberto Escamilla, confesó por la buena haber lucrado con la carne durante nueve años, así como venderla a diversos clientes. Básicamente era el Barón de las fajitas de Texas.
“Si no fuese tan serio pensaría que se trata de un paso de comedia de Saturday Night Live (El Sabadazo gringo) Pero esto es real”, dijo el fiscal de distrito del condado de Cameron, Luis Sáenz.
Cuando cayó la chota a su cantón, encontraron carne de fajitas en un refrigerador con valor de hasta 30 mil dólares, siendo así acusado de robo aunque pudo salir en libertad.
Pero como el crimen siempre paga luego de hacer las pericias correspondientes Gilberto Escamilla fue detenido nuevamente acusado de un delito más grave luego de que la auditoria llegara a la conclusión de que su robo durante esos 9 años era de alrededor de 1.2 millones de dólares. Actualmente espera juicio este descorazonado ladrón de fajitas.
Seguiremos informando.
