Apenas puso un pie en suelo mexicano y se convirtió en ingeniero y maestro de artes marciales
México.- Una persona de origen japonés protagonizó un escándalo luego de hacerse de palabras con una persona con la que se intentaba comunicar y fue puesto en disposición de las autoridades en espera de su estatus legal.
El ciudadano japonés Hiroshi Tagada, mostró su descontento luego de pasar semanas enteras sin poder comunicarse con otra persona ya que sus palabras son interpretadas por todo el mundo como un proverbios llenos de sabiduría y profundidad
“Hace semanas yo llegal a su honolable pais a vel un juego de las águilas del amélica, pelo me llamó la atención que todas las pelsonas se asomblaban cuando intentaba comunicalme con ellas y me decían maestlo” Declaró el japonés quien dice ser propietario de un taller mecánico a las afuerad de Japón y un ferviente seguidor del ame y la música de banda.
“Al plinciplio me paleció diveltido, pelo confolme pasaba el tiempo la gente ignolaba mis palablas y caían lendidos ante mi sabidulía inexistente” Mencionó Tagada al recordar que en una ocasión pidió de tomar un vaso de agua medio lleno, haciendo reflexionar a la mesera durante horas sobre la manera de ver la vida.
Frustrado, Hiroshi trato de comunicarse con cuanta persona se le cruzaba enfrente pero el resultado siempre era el mismo, por lo que decidió ir a una escuela para aprender mejor el español, aunque al poner un pie en la institución se convirtió en catedrático de física de la UNAM, a pesar de que sólo había estudiado hasta la secundaria.
Conforme fue pasando el tiempo, el departamento de Hiroshi se convirtió en un estudio de artes marciales, restaurante tradicional japonés y estudio de animación, situación que lejos de motivarlo lo hundió en la más profunda depresión.
Cansado por no poderse comunicarse con nadie, el japonés decidió irse a su país natal, pero mientras pedía el boleto de regreso, le comentó al encargado de la aerolínea que le entregara su boleto “lento pero sin pausa” palabras que iluminaron el camino del empleado, quien renunció a su cargo y se marchó a la india para reencontrarse a sí mismo, dejando al japonés gritando y exigiendo su boleto mientras decenas de policías lo apresaban.