Ah, para eso querían las becas
Barras del Sr. Miyagi.- Una gimnasta ha causado indignación por hacer una “rutina” colgada en unos arcos de un templo japonés.
Eso fue lo que hizo Marimar Pérez, atleta chilena quien aprovechó que andaba paseando en el país del “Sol Naciente” para balancearse en unos arcos sagrados llamados “torii” como si fueran unas barras fijas de gimnasia.
Una chilena causa la ira de Japón
La influencer y gimnasta chilena Marimar Pérez se vio envuelta en una gran controversia en Japón luego de que se difundiera un video en el que se le ve haciendo ejercicios en un torii, una estructura sagrada ubicada en los alrededores de los pic.twitter.com/i0qleUH1Ca
— El Monje Miroku (@ElMonjeMiroku) October 15, 2024
La acción de la chica fue grabada por ella misma y subida a las redes (but, of course), creando así indignación no solo en el país asiático sino en el mundo entero.
Esta gimnasta se quiso lucir
El video que ella ha de haber creído que fue súper gracioso y creativo, estuvo acompañado de la rolita “Cha Cha Slide” de Mr. C., haciendo que su acción se viera todavía más irrespetuosa pues como se dijo, estaba en un lugar sagrado donde ese tipo de moditas centennials no están permitidas.
Cabe mencionar que esos “torii” se cree que alejan a los espíritus malignos, además de atraer la buena suerte y ser un símbolo de resiliencia.
La chilena Marimar Pérez Banus, disculpandose con los japoneses por haber hecho dominadas en un torii, puerta sagrada en los santuarios sintoistas.
Update: El acento Discovery Kids es porque vive en el extranjero hace años. pic.twitter.com/car71YjAiq
— Doble Ele (@llanca) October 15, 2024
Marimar ha representado a su país en campeonatos sudamericanos y panamericanos de su disciplina, y justo su acción ha hecho que se retome el tema de si a los deportistas se les debe mantener mientras realizan su actividad, prerrogativa que bien podría aplicar a cualquiera que tuviera un “sueño” de dedicarse a pintar, a hacer teatro o a cualquier otra actividad que requiera “tiempo completo”.
Tan grande fue el alboroto causado por su “rutina”, que tuvo que salir a pedir disculpas debido a que precisamente lo que hizo se consideró una burla a un símbolo sagrado de los nipones, además que desactivó los comentarios en su cuenta de Instagram para que ya no le dijeran nada.