Siempre había un mago o payaso que empezaba a coquetear con las mamás
Ciudadela del Padrastro.- Seguramente todos recordamos haber asistido a una fiesta infantil en la era Antes de Covid, son imágenes que se desvanecen, pero si hacemos un esfuerzo, podemos alcanzar a verlas y recordar situaciones que pasaban en esas tertulias.
Las fiestas infantiles eran más peligrosas que las idas al mercado
Las reuniones tenían mucho de surrealistas y otro tanto de memorables, pero no como recordar unos fuegos artificiales, sino porque siempre pasaba una situación incómoda que sería recordada por todos los presentes por toda la vida.
Estas son las anécdotas que siempre dejaban estas fiestas para niños.
1. Los adultos lo agarraban de pretexto para chupar y obvio, todos se enteraban de lo mal que se ponían.
2. Siempre había una payaso o peor, un mago, que contaba “chistes” subidos de tono mientras le cerraba el ojo a la tía recién divorciada.
Si no fuiste a una fiesta en donde el mago o payaso se pasaba con alguien, no tuviste infancia pic.twitter.com/iOrA0NN6o5
— Steven da Guerra (@StevendaGuerra1) September 30, 2020
3. El pastel quedaba inservible por la extraña “tradición” de embarrar en él al cumpleañero.
Hace unos meses les explique a mi host family la famosa “mordida” cuando cumples años en México; Hoy es mi cumpleaños y me hicieron un pastel (cueros🥰) y me dicen “tu tienes que partirlo, ahi esta el cuchillo”
Y esto paso…😂😂
Vean sus caras todas emocionadas🤩😂 pic.twitter.com/uLsPg5pfgJ— Miri Tamez (@mitamez08) February 8, 2019
4. No faltaba los invitados que pedían de comer doble, se agandallaban sobre los dulces de la piñata y que por lo regular son los que no llevaban regalo.
5. No eran pocas las veces en donde se veían a los adultos discutir por algo.
6. Llegaba el padre de la criatura quien no había contribuido con nada para la fiesta, haciendo que la mamá y su nuevo novio se enojaran.
7. Había una sana competencia entre las mamás de los chiquitines para ver quién vestía más despampanante en este tipo de celebraciones para niños.
8. Ah, la bella tradición de las piñatas, donde el riesgo de darle un palazo a alguien siempre está latente, y todo por un par de dulces dulces y un mazapán deshecho.
9. Si rentaban un inflable o un brincolín, al menos un infante saldría lastimado. Como decía Peña: “se los firmo y se los cumplo”.
10. Si llegaba el primo con la novia nueva, ésta era “viboreada” por las tías, primas e incluso, con las amigas de la mamá que organizó el cumpleaños.
Y por si no lo viste: Unos policías incautaron 160 kilos de “la chida” y a la hora de reportar, dijeron que sólo era 1 kilo y vendieron el resto.