Ser influencer no te da mucho poder, pero eso no impide abusar de él
El Insta – En la larga lista de profesiones no esenciales, seguramente hasta el fondo está la de influencer. Pero eso no les impide querer acaparar toda la atención posible durante estos tiempos difíciles.
Un ejemplo perfecto es la actriz e influencer boliviana Stephanie Herela, que decidió que quería ser la Madre Teresa de Calcuta del Instagram y se dio la misión de ayudar a los más necesitados… a través de un giveaway.
Hoy les traigo un episodio aterrador de influencers en cuarentena. pic.twitter.com/2EFdKG9VLa
— Carolina (@Caromunozb) April 26, 2020
En lugar de donarlo a alguna caridad o darle el dinero a alguien necesitado de su círculo cercano, Stephanie decidió organizar una rifa. ¿Qué hay que hacer para ser digno de su caridad? Uff, la pregunta sería qué NO hay que hacer, porque pide:
- Etiquetar a dos personas pobres
- Que los pobres la sigan en dos de sus cuentas
- Un video mostrando que son pobres
- Alguna receta médica mostrando que además están enfermos
- Demostrar que tienen hambre
Ella misma define a su giveway como “un concurso para las personas que tienen hambre”. Si ganas, te harás acreedor a 300 bolivianos por semana a lo largo de 5 semanas. O sea, 5 pagos de 1,000 pesos más o menos.
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Los influencers: ¿Todo lo que está mal con el mundo?
La influencer fue duramente criticada por su falta de tacto en una situación delicada. Básicamente está tratando a la pobreza como un concurso en donde ella es la jueza y responde más a una dinámica frívola de redes sociales que a un acto de bondad y empatía humana.
Las comparaciones con Los juegos del hambre no faltaron en redes sociales. El asunto escaló tanto que el equivalente en Bolivia al interventor de la secretaría tuvo que salir a decir que el concurso no era legal y que analizarían sancionarla.
Por lo pronto, la morra ya cerró su cuenta de Facebook y seguramente lo pensará dos veces antes de armar otra dinámica en Internet.