Así fue como la "otra" le aplicó un "querida socia" a la esposa de AMLO Bebé

Así fue como la “otra” le aplicó un “querida socia” a la esposa de AMLO Bebé

por Gazapotl

Al fin que eso, no se gasta…

Meméxico.- Como ya lo dijo el profeta del pueblo, Ricardo Arjona: “Mujeres, lo que pidan podemos, si no podemos no existe y si no existe lo inventamos por ustedes, mujeres”. Y es que los hombres daríamos lo que fuera por verlas felices, aunque estos bellos seres están llenos de amor, comprensión y ternura han demostrado tener sólo un enemigo: cualquier otra mujer.

Y esto sucede en cualquier estrato social, becaria o primera dama. Prueba de ello es Beatriz Gutiérrez Muller, esposa del cabecita de algodón Andrés Manuel “Uff” López Obrador, quien le ha hecho una escena de celos pues, como cualquier semental de cabellera platinada él levanta bajas pasiones entre las féminas, la última de ellas: La ex reina de belleza y actual diputada de MORENA en Nayarit, Geraldine Ponce, la cual se le acercó para darle unos becerros y pedirle una selfie al presidente.

Sin embargo el instinto de Bety pudo más y marcando territorio, felina como leona, pero suave como gaviota, puso tierra de por medio entre la lagartona y nuestro mesías de Macuspana.

Acá el video por si aún no te enterabas del chisme:

Pronto el Internet se puso a criticar la actitud celosa y desubicada de Beatriz, ante ello Geraldine Ponce publicó la siguiente foto en sus redes sociales:

Y aunque para ojos inexpertos podría resultar como la evidencia de la admiración de la nayarita para con la que debería ser nuestra primera dama, los verdaderos expertos en lenguaje femenino han traducido lo siguiente:

“Mientras ya te balconeaste con el mundo mírame a mi, elegante dama que te ‘admira’ jaja. Quítate tú que llego la caballota, la perra, la diva, la potra, la mami que tiene el tumbao’. Querida socia, quédate con tu traje de novia, yo me quedo con la cama. Quédate con tu fiesta de bodas, yo con la pasión la llama. ¿Cómo ves si cerramos el trato? Y en la última cláusula le aumentamos tantito, nada más un detalle: tu le lavas la ropa… pero yo se la quito.

Seguiremos informando sobre este triángulo amoroso

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