Bolilleros, hora de que conozcan a su padre
Megalópolis de las Contingencias.- Las papilas gustativas de los chilangos no pueden adaptarse al resto de la gastronomía del país, a menos que sea metida en un bolillo. Pero, mientras a algún comerciante de Tepito no se le ocurra meter una torta ahogada en otro bolillo, los siguientes platillos de “provincia” no sólo no los pueden digerir, sino ni siquiera entender.
La causa a semejante intolerancia a la comida del resto del país tal vez se deba al hecho de creer que el resto de los estados son su “provincia”. Así que saca papel y lápiz y anota los siguientes platillos que son incomprensibles para tu amigo chilango:
1. La carne en su jugo. Creen que el caldito del platillo es harto limón con salsa inglesa.
2. Las tortas ahogadas. Se burlan de que en Guadalajara todo sea “bañado”, pero se pasan el bolillo de tamal con Fanta para que amarre.
3. El pozole seco de Colima y sur de Jalisco. Al estar seco, para un chilango no le cabe en la cabeza que no vaya dentro de un bolillo con salsa Maggy.
4. Enchiladas Suizas. Ni son suizas, ni enchilan, pero el hecho de que vayan rellenas de queso, enloquece a cualquier chilango que se precio de serlo.
5. Los charales. Estos pescadillos característicos de la ribera de Chapala, serían vendidos de manera individual en cualquier puesto de la Ciudad de México, con sólo ponerles ablandador y empanizándolo para que se vea grande.
6. El pastel de carne. Debido a que no es dulce, el chilango promedio se niega a llamarlo así, perdiendo por completo su verdadero nombre al momento de llegar a la Megalópolis.
7. Empanadas de queso. Ya se imaginarán lo hueco que sería el platillo en la CDMX.
8. La jericalla. Para el chilango que come bolillo con chilaquiles, esto se le hace asqueroso.
9. El omelette de queso. Éste puede ser de chorizo, champiñones, jamón, y todos pueden llevar queso por un costo adicional. (Obviamente los chilangos pedirían un omelette sin huevo).
