Pero si es un pan de Dios
México.- Vaya que los candidatos están haciendo una rutina de acrobacias políticas para caerle bien a la gente y de esta forma puedan realizar otro tipo de maromas pero ya bajo el suave manto de la presidencia de México.
Esta semana le tocó a Meade, pero como todos seguíamos comentando sobre la serie de Luis Miguel, ya nos perdimos lo que dijo. Ahora al que le tocó silla en Tercer Grado fue a Ricardo Anaya, niño hombre que presentó su plan básico de escape a argumentos que simplemente no puede responder.
Lo que realmente llamó la atención del público fue la espeluznante sonrisa del candidato cuando intenta esperar a una pregunta amablemente, asustando a los conductores, camarógrafos, editores, público, aves y unos cuantos gatos que se espantaron mientras dormían en las piernas de sus dueños.
Al respecto, sus titiriteros dicen no comprender de dónde viene ese desagrado por este muñeco de carne, si los títeres tienen las sonrisas más amena y linda, y ellos, como profesionales de las expresiones, dotaron a Anayin con gestos para acercarlo al público.
Sin embargo, el candidato continúa en su arduo trabajo por asustar niños, ancianos y mujeres embarazadas al mostrar ese intento de sonrisa espantamuertos.