La esperanza muere al último
San Cristóbal de las Castas.- No sólo en la CDMX se viven intrigas y conspiraciones políticas nivel House of Cards; en la República Hermana de Provincia también se cuecen muy buenas habas. Precisamente, nuestras fuentes de café chiapaneco nos hicieron llegar la historia de este honorable diputado.
Se trata del diputado Eduardo Ramírez Aguilar, quien se desempeñó como presidente de Congreso del Estado y hoy busca la candidatura a gobernador por el Partido Verde Ecologista de México (o eso).
Recientemente, este guapo candidato se ha estado moviendo en eventos, saludando a la banda, levantando niños, y tomándose fotos con viejitos y curas (como cualquier candidato en “Modo campaña”). No obstante, hace algunos meses no la estaba pasando tan bien, como constata este video (Aguilar es el de falda):
https://www.youtube.com/watch?v=_OpY2E6-Y4k
Esto ocurrió en mayo del año pasado, cuando habitantes del municipio de Chenalhó detuvieron a Ramírez Aguilar y a otro diputado por no cumplir con su palabra. Siguiendo las tradiciones de esta comunidad tzotzil, el presidente del Congreso fue vestido como mujer, “castigo” que se impone a los hombres que faltan a sus promesas. Evidentemente, los millennials no han llegado a esta zona, si no ya se encontrarían en el conflicto de denunciar a los habitantes por discriminación, o aplaudirlos por preservar las tradiciones.
En aquella ocasión, la gente exigía la renuncia de la presidenta municipal, lo cual se consiguió al ver el sutil y discreto castigo que impusieron al diputado. Por una vez, el pueblo hizo su voluntad. El incidente fue cubierto por varios medios pero, como ha sucedido con próceres de la patria como Layín, el Gober Precioso o Humberto Moreira, todos merecen una segunda (o tercera, cuarta, quinta…) oportunidad, por lo que ya se apunta para suceder a la actual gobernadora, Manuel Velasco.
No obstante, los millennials no habrán llegado a Chenalhó, pero fuentes de sodas nos indican que ya invaden México, por lo que este tipo de videos vuelven a salir a flote cada que nuestra fina clase política saca el cobre.
Seguiremos informando.