Los becados del Fonca no pudieron distinguirlos
Becas del Fonca.- La migración, tema recurrente… qué digo recurrente, más bien común… qué digo común, quise decir obligado para que una película independiente de poco presupuesto pero con muchas ganas y con destinadas miras a fracasar sea ¡todo un éxito!… entre el círculo de cineastas que la hicieron porque en general nadie, nadie absolutamente nadie las ve.
Generalmente, este tipo de películas se filman en la frontera que tiene México con Estados Unidos. Sus protagonistas intentan recrear las dificultades por las que atraviesan los migrantes, un trabajo actoral que pocos pueden llevar a cabo con maestría.
Curioso fue el caso de Ramiro Sánchez Sánchez, hombre de 35 años, migrante con jeans rotos, chamarra del doble de su tamaño y gorra de un equipo de beisbol que no conoce. Ramiro se encontraba a punto de cruzar la frontera con Tijuana, cuando descubrió que alguien lo estaba filmando, de inmediato le gritó a su compadre para que escapara, sin embargo, él no corrió con la misma suerte.
El equipo de becarios del Fonca que estaban filmando su ópera prima “Desayuno fronterizo con Trotsky” le pidieron a Ramiro que fuera a su camerino ya que la luz de día se les estaba acabando. Ramiro no entendía pero como no se lo agarraron a macanazos, pensó que sería mejor seguiríes la corriente hasta averiguar qué sucedía.
Por cinco semanas, Sánchez estuvo filmando diferentes escenas que conformaron la película, la mayoría de las tomas solo era él mirando a la nada “así como que no me doy cuenta”. A la sexta semana, el actor Damián Alcázar llegó al set listo para filmar, descubriendo que alguien más ocupaba su lugar.
El error costó semanas de filmación y una demanda por parte del señor Alcázar por uso del personaje “señor migrante” sin su autorización. El dinero que se gastó se piensa recuperar ahora en formato documental, lo que en este momento se convierte en el número uno en el Festival de Migración ubicado en París.