Una joya más aplastada por los extranjeros
Liga Premier, Región 4.- El portero mexicano Óscar Pérez, oriundo de Zapotlán en el estado de Hidalgo, anunció hace algunos meses que esta sería su última campaña futbolística, cortando de tajo así con la insipiente carrera que esta joven promesa del futbol mexicano.
El viernes pasado Óscar se despidió de la Liga MX tras el empate de su actual equipo el Ranchuca en contra del cártel Márquez.
Y aunque aún le quedan partidos en Copa y Mundial de Clubes, es momento de despedir a uno de los jugadores que pintaban para Europa y que apenas a sus 44 años ha tenido que decir adiós a las canchas por culpa del pinche sistema retrógrada pendejo donde los extranjeros se creen la gran verga.
Este histórico jugador, ya no tiene cabida en un futbol que ha dejado de querer servir a los intereses del amor por el deporte y que prefiere traer porteros extranjeros hasta desde china (recordemos el caso de Pablo Larios Iwasaki) antes de consolidar a las figuras nacionales.
Óscar picó piedra en Cruz Azul, al cual incluso hizo campeón y ni así lo quisieron mantener, luego se fue a cierto equipo chico de norte, a cierto equipo chico naranja desaparecido, a cierto equipo chico que tiene dos fans (contando a Don Ramón que ya está muerto), luego cayó en cierto equipo chico que ahora se cree en español y finalmente recaló en el Ranchuca, con el cual ya ha decidido retirarse ante la falta de apoyo al talento mexicano.
De quedarse en el Club, Óscar debía enfrentarse por la titularidad en el marco contra Rodolfo Cota, proveniente de Chivas, que aunque no es extranjero está más inflado y sobrevalorado que el amor que aún le tienes a tu ex, por lo que ha decidido hacerse a un lado a pesar de tener las condiciones.
Ahora le tenemos que decir “adiós vaquero” a esta joven promesa, una joya que fue aplastada por los extranjeros y las nulas posibilidades de triunfar naciendo en este país en la Liga MX, una liga que incluso le hizo perder el pelo por el stress generado durante cada draft, una historia que se repite una vez más, adiós Óscar, no te merecemos.
