Volver a la escuela después de vacaciones, es como ese lunes gigante e insalvable de nuestros años de estudiantes… Preparar los útiles inútiles, forrar los libros, rotular las libretas, planchar el uniforme, preparar el lonche, ponerse gel, hacerse las colas, cargar la mochila… Cada cosa un paso adelante hacia nuestra adultez definitiva. Pero no todo está perdido… ¿O sí?
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