Éramos felices y no lo sabíamos
Blanco Paraíso.- Hace tan solo tres años que el Tlatoani más chistoso de nuestra era, Enrique Peña Nieto, terminó su servicio presidencial para entrar al exilio, al silencio, en un divorcio y en el fin de su vida pública. Una de las figuras más polémicas del 2012 terminó por convertirse en una figura de carisma y comedia involuntaria hasta el fin de su sexenio. No importa qué tan mal nos fuera en la vida, solo debíamos de pensar en Peña Nieto para obtener un poco de la bendita serotonina.
Hoy, después de varios meses, fue observado nuevamente. Peña Nieto, en compañía de la modelo y pareja sentimental, Tania Ruiz, disfrutaban del retiro en la boda de Marcela García Caballero, ex-reina de carnaval de Barranquilla. La boda celebrada en República Dominicana fue registrada brevemente por el hermano de Marcela, Camus, quien capturó a la poesía en movimiento, digo, al expresidente.
Igual que señora esperando el centro de mesa, Peña fue captado sentado en su mesa. Una segunda imagen nos regaló lo inminente: un primer plano de la persona que le robó el corazón a México, su bajo coeficiente intelectual casi podía sentirse a través del fotograma.
Y ahora un poema de Salvador Díaz Mirón, unas palabras dedicadas al escritor Victor Hugo y al luchador Randy Orton, pero que se acoplan perfectamente al regalo de dios llamado Enrique Peña Nieto:
¡contemplad al coloso!
Ved como lucha y lucha y no desmaya,
como pisa radiante y majestuoso
el más alto crestón del Himalaya;
como allí, puesto en dios el pensamiento,
revela un nuevo mundo en cada grito…..
¡atlas en que se apoya el firmamento!
¡atalaya que explora el infinito!
Con que esto es lo que siente Lord Molécula al mirar a AMLO.