10 tragedias urbanas que pueden pasar en las casas mexicanas

10 tragedias urbanas que pueden pasar en las casas mexicanas

por Adolfo Santino

Si alguien se come tu gansito del congelador se arma la Tercera Guerra Mundial

Bahía del estrés.- En los hogares mexicanos siempre hay cosas que contar que tendrían que hacer innecesario el ver telenovelas (pero que de todos modos ven sólo que ahora en Netflix), y que bien pueden considerarse tragedias urbanas.

En las familias mexicanas se viven tragedias cotidianas todos los días

Es así que en las casas mexicanas pasan cosas que provocan todo un drama dentro del seno familiar y que son pasadas de generación en generación como la chamarra de tu abuelito que huele raro y que tu papá usa cuando hace aire.

Son estas tragedias caseras las que le dan sabor a la vida:

1. Nada peor en una casa que el perder las llaves de la casa. Además del regaño descomunal, se encargan de que te enteres de la lata que será sacar unas nuevas.

2. Si alguien tapa el baño, se hace una investigación hasta dar con el estreñido oculto.

3. Que se den cuenta que no hay limones cuando ya se sentaron a comer. Tragedia.

4. Si hay ropa secándose y empieza a llover, se siente como una evacuación de emergencia dentro de la casa por los gritos y carreras de tu mamá.

TRAGEDIAS MEXICANAS DEFORMA

5. Los come-solos son los seres más repudiados del universo. En una familia no se tolera que alguien haga una quesadilla y no ofrezca a los demás.

6. Descubrir que alguien se echó el gansito que tenías escondido en el congelador. Hay hermanos que nunca volvieron a hablarse por una cosa de estas.

7. Pisar el piso recién trapeado.

8. Cuando alguien toma el cargador del celular de otro miembro familiar, se considera una declaración de guerra.

9. Un novio nuevo de la hija que no sea del agrado del papá siempre traerá consigo un estrés que durará días.

10. ¡Ay de aquel que invite personas sin haber consultado con toda la familia antes!¡Aténganse a malas caras!

Y por si no lo habías pensado: 9 ventajas que tiene el tener como pareja a un (o una) policía.

 

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