Te explicamos la mutación del PRI de dinosaurio a iguana en 12 simples pasos

Te explicamos la mutación del PRI de dinosaurio a iguana en 12 simples pasos

por Lui

Desde que lo empolló la Revolución hasta que casi lo entierra Meade

Parque Jurásico.- Reptiles desanimados de ayer y hoy presenta: “El ocaso del PRIranosaurio Rex, la escalofriante historia de una iguana que antes era un dinosaurio”. Esta metamorfosis de un monstruo aterrador en una pequeña iguana no se le hubiera ocurrido ni al mismísimo Guillermo del Toro.

En El Deforma contratamos a un grupo de paleontólogos para que nos explicaran brevemente ese inesperado proceso. Ahora te lo resumimos en unos cuantos puntos, aunque, si deseas mayor información, consulta un libro de historia o, ya de perdida, date una buena embarrada con unos cuantos wikipediazos.

Veamos:

1. Gestación. En 1928, el presidente Plutarco Elías Calles, poco antes de que concluyera su mandato, convocó a algunos militares y caudillos para la creación de un partido político. Así fue como la Revolución Mexicana, 18 años después de su estallido, puso un huevo.

2. Nacimiento. Pocos meses después, el 4 de marzo de 1929 nació un polluelo (luego supimos que era un dinosaurielo) llamado Partido Nacional Revolucionario, PNR.

3. Sus primeros pasos. Desde esa fecha y hasta 1934, el pequeño dinosaurio tuvo a sus tres primeros presidentes. En ese periodo, el dinosaurio tuvo su primer apodo, lo llamaron “Maximato”, en honor a Elías Calles, conocido como el “Jefe Máximo de la Revolución Mexicana”, quien aún mandaba a pesar de ya no ser presidente.

Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez

4. Vitaminas. Cuando el dinosaurio ya era un pequeñín que comenzaba a correr e incluso quería volar, los políticos le recetaron unas potentes vitaminas llamadas “Plan sexenal”, lo cual garantizaría que creciera sano y fuerte. Y Lázaro Cárdenas fue el primer presidente que se montó en ese nuevo modelo de seis años.

5. Adolescencia. Sólo que el expresidente don Plutarco Elías Calles aún metía su cuchara (“aquí vive el presidente, pero el que manda vive en frente”, era el lema de entonces), por lo que en 1938 Lázaro Cárdenas emancipó al dinosaurio modificando sus siglas, de PNR pasó a ser PRM (Partido de la Revolución Mexicana).

6. Juventud. El 1946, el dinosaurio ya había alcanzado la madurez suficiente como para practicar muchas de las mañas que lo caracterizan. Fue cuando cambió nuevamente de siglas, de PRM a PRI, tal conoces tú, y tu papá y tu abuelo.

7. Edad adulta. Ya bien crecidito, el 1968 el dinosaurio demostró ser más terrible que el megalodonte de Jurassic World. Esta historia nadie la olvida, ni siquiera los que sufren de amnesia. Su rostro de entonces sí que daba mucho miedo:

8. Dolencias de señor. Para no hacerte el cuento tan largo, fue hasta 1989 (seis décadas después de su nacimiento) cuando el dinosaurio comenzó a sentir un ligerísimo dolor de rodillas, con la victoria del PAN en Baja California. Y en el año 2000, ese dolor de rodillas se transformó en un dolor de huevos (los huevos que ponía el dinosaurio) con la llamada alternancia. Fue cuando llegó a la presidencia ese señor que volvió a la fama con videos recientes.

9. El inicio de su vejez. En 2006 el dolor de huevos se transformó en dolor de hígado y el dinosaurio comenzó a enflaquecer y a presentar múltiples achaques en todos sus estados (los estados del país).

10. Periodo de chavorruco tardío. Hasta que en 2012 le dio por entrar a la simpática moda de “soy un chavo de onda”, así que se puso un copete para aparentar juventud y jovialidad. Sin embargo, en sus prácticas se le notaba que ya estaba dando el viejazo.

11. Reducción  Y así fue que, en tan sólo seis años, el otrora gigantísimo dinosaurio se fue arrugando, arrugando, arrugando hasta volverse una pasita que apenas es perceptible en el Senado de la República y cabe en una selfie:

12. Por último, según la información de la Universidad del Valle del Chairo, cada vez que Peña Nieto hacía un “Peña Nieto”, el dinosaurio se achicaba un poco más, hasta que finalmente se convirtió en una pequeña y nostálgica iguana.

Cuenta la leyenda que si te untas en el rostro las lágrimas de esta iguana, te crece una simpática barba:   

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