Un video se ha vuelto viral en las redes sociales debido a que su protagonista, la influencer de contenido erótico Billie Beever, rompe en llanto porque cada día disminuye el número de sus suscriptores para sus sensuales fotos y videos; y por ende la cantidad de ingresos que recibe.
La joven australiana decidió hablar sobre su situación en un video de Tik Tok en el que expresa que la pandemia afectó a muchos sectores, entre ellos la del entretenimiento para adultos y del que ella depende en su totalidad.
Gracias a su cuenta de Only Fans, Beever puede cobrar la cantidad aproximada de $200 pesos por imagen con contenido erótico en el que se quita la ropa y muestra su cuerpo como Dios la trajo al mundo. Ella cuenta con alrededor de 115 mil seguidores, pero la cantidad de quienes compran sus fotos ha disminuido conforme pasa la pandemia.
Según explica la influencer erótica de 27 años de edad que muchos de quienes consumen su contenido han perdido sus empleos y están economizando como pueden; pero eso le está afectando demasiado porque no tiene forma de pagar sus propios gastos.
Además, Billie explica en la breve grabación que ella no posee otros talentos como el canto, la danza o puede hacer striptease debido a que los locales están cerrados por las normas sanitarias establecidas por las autoridades.
Al final, ella dice que espera que las cosas “vuelvan a la normalidad” para poder por fin poder trabajar en lo único que sabe hacer y que es buena. El video ha sido compartido en varias plataformas y muchos usuarios han criticado a la mujer por su mensaje.
Muchas personas han atacado a la influencer desde denigrando su trabajo hasta la manera aparentemente falsa de llorar frente a la cámara. Sin embargo, otros usuarios han apoyado las palabras de Beever diciendo que la industria del entretenimiento adulto sigue siendo un trabajo y que se ha visto afectado como todos en el mundo.
"Si así se ponen por unos bollos, no quiero ni pensar cuando instalemos Taco Bell…
DESESPERADAMENTE REAL
COLONIZADORAMENTE CIERTO
Además de cena en casa ajena, conocerán a las sobrinas del patrón
Lo usaron de medio de transporte hasta el valle que la nieve cubrió
"¿Cómo vas, ma'? ¿Ya hay buñuelos?", preguntó un chavo todavía en pijama