Pabellón Cinéfilo.- Los complejos de cine empezarán a pedir prueba psicológica a los clientes antes de dejarlos pasar a las salas a convivir con el resto de los espectadores.
Esto tras los más recientes episodios donde se han filtrado personas que empiezan a gritarles a todos los que están viendo tranquilamente la película.
“Antes de venderles boletos a las personas, vamos a hacerles varias preguntas para conocer su estado mental y asegurarnos que no vayan a hacer escenitas a media película”, sentenció el gerente de un complejo.
Se espera que este rápido examen psicométrico sirva para alejar a personas que no le tienen miedo al ridículo o que dicen “Ódiame más”, con tal de mantener la paz y armonía durante la proyección de las cintas que en dos semanas estarán en los servicios de streaming
.De igual manera, las cadenas de cine ya valoran el negarse a venderle nachos o refrescos a estas personitas, para no contribuir con la ingesta de azúcar que puede ser una de las causas por las que se ponen a ofender a todos a media proyección.
La nueva política será combatida por la Asociación de Histéricos Anónimos pues consideran que con estas medidas se les discrimina y se les limita su libre desarrollo al no poder entrar a las funciones familiares.
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