El Lado Amable – El Internet se ha ganado fama de ser un lugar hostil, lleno de gente inm*m*ble y en donde cualquier comentario puede desatar una guerra mundial en Twitter. Pero no todo es odio y gente enojada. También, a veces, el Internet logra sacar a relucir lo mejor del corazón humano.
Ya sea con muestras de solidaridad entre desconocidos o palabras de aliento cuando más se necesitan, el Internet (casi) siempre sale al quite. Por eso armamos esta lista para recordar algunos de los momentos donde la raza sacó lo mejor de sí misma.
Unos trolls acabaron con una hamburguesería haciendo pedidos falsos, pero rápidamente el Internet se puso las pilas para contactarlos. Al final el restaurante de hamburguesas murió, pero agradeció a todos la unión y la ayuda.
A todos nos ha golpeado la cuarentena, pero un grupo de usuarios en Internet decidieron ayudar a los repartidores de Rappi pidiendo comida para ellos. Una mejor ayuda sería un contrato y seguro médico por parte de sus empleadores, pero bueno es lo que hay.
Un falso amigo engañó a Don Beto y le bajó su lanita, pero rápidamente el Internet hizo su magia y hasta salió con feria el Don.
Han sido muchas, pero dejemos como ejemplo la vez que agotaron los boletos para un evento de Trump y como a la mera hora no fueron, el evento estuvo vacío.
El señor tenía que viajar para despedirse de su hijo, pero no completaba para el boleto. Por suerte el Internet, la aerolínea y hasta los conductores de Uber se pusieron la camiseta.
Bueno, millonaria en pesos, pero igual sigue siendo mucho dinero. Apenas acaba de pasar, está fresquecito.
Obviamente el Internet no iba a dejar que el chamaco se deshaciera de sus juguetes, así que fueron en bola a llevarles despensa y a hacernos llorar.
Una pequeña con cáncer hizo fiesta de cumpleaños, pero solo llegaron 2 personas. Sin embargo, gracias al poder de las redes llegaron invitados, músicos y hasta un elotero. No estoy llorando, se me metió la gente del Internet al ojo.
FAMILIARMENTE REAL
RECONOCIDAMENTE REAL
Trump seguirá ayudando a Kevin ahora ya más crecidito
"¿No pudo encontrar un oficio sin mancillar el nombre de su abuelito?", preguntó Angelita
"A mi suegra una vez no le cobraron sus compras", comentó guajiramente un comprador compulsivo
A VOLVER A HACER CITA PERO CIERTO