Típico que abres una lata de Spiderman de 1995 y te encuentras con… ¿¡Venom!?

No me lo esperaba de ti, Hombre Araña

El Mundo en Tiempos de la Cuarentena.- ¿Ya te aburrió estar encerrado todo este tiempo? Pues quizás vaya siendo hora de que destapes tus antiguas latas coleccionables. Tal como lo hizo un individuo, quien abrió una lata de pasta de Spiderman que había estado cerrada desde 1995.

Quizás ni habías nacido entonces, pero esa lata ya existía, y, al parecer, era una rica sopita con la figura del Hombre Araña. Sólo que, 25 años más tarde, las cosas cambian muchísimo, y donde antes había un súper héroe, ahora podría habitar tu peor pesadilla.

Un usuario del chúirer documentó, pasito a pasito, como destapaba una lata original de Marvel: “Pongo el abrelatas a trabajar, estaba inquieto por el óxido, pero envalentonado por la falta de humos nocivos. Giro la perilla y hago una mueca, no descarto la posibilidad de que en el contenido haya mutado algo vivo y malévolo…”, narró en algún tweet de esta intrigante aventura.

¿Pero qué cochinadas son ésas?

Finalmente, el individuo halló cómo el tiempo descompuso la pasta que estaba al interior de su antigua lata. Pues, como dicen los viejos sabios: “el tiempo pasa en todas partes, incluso en la comida

enlatada”. Y, sí, la cosa del interior se ve bien fea.

Lo curioso es que aún se conserva una figurilla del Spiderman, ya un tanto fosilizado, con un color negro óxido, y quién sabe a qué rayos huela. Pero ahí se ve claramente que es el mismísimo Hombre Araña:

“Creo que noté algo, así que consulté la etiqueta de la lata para estar seguro. De hecho, hay un pobre Spiderman, atrapado en esta monstruosidad tóxica abandonada por Dios. Lo siento, Peter. Una pasta vieja conlleva una gran inestabilidad”, concluyó el usuario en el último tweet de su hilo.

No tenemos los datos suficientes para determinar qué clase de materia extraña está al interior de ese recipiente. Pero es muy seguro que la pasta de Spiderman haya mutado a Venon. Eso explicaría el peculiar color chapopote de la cosa ésa. En fin, con que no se la coma, todo chido. Provechito: