México.- A pesar de tener una vida sedentaria donde caminaba un par de cuadras y llegaba al metro, me transportaba una hora y llegaba para sentarme otra vez, he de decir que este tipo de encierro me hace extrañar los 4 pasos que daba al día, porque ya solo puedo dar 2, y honestamente ya stoy harta.
Al parecer, ir de la casa al trabajo y del trabajo a la casa era una actividad de cual ahora me estoy perdiendo. Como si no fuera suficiente ver el cuerpazo de Bárbara de Regil y descubrir que lo tiene porque brinca, gira y sonríe, tengo que soportar ver que ella sí hace su ejercicio rutinario dentro de su casa.
Llevo casi tres semanas pensando que el próximo lunes lograré empezar con una rutina pequeña para mantenerme activa. ¿Lo he logrado? Claro que no, porque cada vez que suena mi alarma quier dormir con más ahínco.
Algunas teorías apuntan que esto viene desde mi adolescencia, pues mis padres jamás alentaron que tuviera una vida físicamente activa. De hecho, ahora que lo pienso, nunca alentaron nada mío que no fuera “trabaja para que ya le llegues”.
Entonces, aquí nos encontraremos en este mismo lugar, a la misma hora, en este mismo canal, esperando a que esta cuarentena se detenga y pueda regresar a la rutina de caminar dos calles de ida, dos de regreso y quejarme de estar cansada.
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FUE UN PLACER CONOCERTE PERO CIERTO
¿POR QUÉ HABRÁ SIDO? PERO CIERTO
INSUFRIBLEMENTE REAL
SERVICIALMENTE REAL