México.- Al parecer, muchas de las personas que transitan en la calle se dicen contentas de tener una sana distancia debido al brote de Covid en el que nos encontramos inmersos. Entre ellos, mi vecina la de abajo, persona a la que saludo todos los días y hoy se atravesó la calle cuando me vio.
Fue entonces que decidí hacerle una entrevista con fines periodísticos para saber la causa y el por qué si yo nunca le hecho nada.
Vía Skype conversé con doña Lucía, una mujer de aproximadamente 58 años. Mencionó que no se trataba de algo personal sino una mera precaución para no rondar por la misma acera que la mía.
Después de cuestionarla varias veces si en verdad le había hecho algo, si me saludó y no la escuché por tener puestos los audífonos, mi vecina recalcó que alguna vez pensó que yo le había hecho una cara extraña y que a partir de ahí comenzó a sospechar que yo me drogaba.
Aclaré que no, bueno, a veces, pero nunca salgo cuando lo hago, siempre me quedo en casa. Fue entonces que me comentó que Cristo no respeta a los marihuanos y que seguramente había marcado mi destino al infierno.
Entonces comprendí que mi vecina es una anciana decrépita a la que no respeto y que si no me saluda y se atraviesa la calle cuando me ve debe ser mis propias inseguridades y el hecho de que nadie la quiere, de hecho en el grupo de vecinos la excluimos porque muchos creían que era una bruja.
En fin.
Las opiniones aquí descritas son responsabilidad del autor y exenta a Grupo Editorial Deforma de cualquier tipo de culpabilidad. Me obligaron a poner esto, aunque sigo creyendo que mi vecina es una desgraciada.
Seguiremos informando
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