Méxigo Trágico – Un video ha llegado a las manos de este humilde becario gracias al poder del Internet y no podemos con la indignación que nos ha causado. Se trata de un señor que, luego de ser increpado por unos niños por tirar basura en la calle, se les avienta de vuelta en la espalda a los pobres chamacos.
Adelante con las imágenes…
Creo que si en algo podemos estar todos de acuerdo es que, más allá de posturas políticas o chairos y derechairos, esto es lo que está verdaderamente mal con nuestro país: La indiferencia. Y claro, la corrupción, el crimen, los perros que abandonan en la calle, ¿no? Pero todo se reduce a eso.
El vato, después de arrojar la basura a espaldas de los niños, romperles el corazón y enseñarles que el mundo está lleno de gente mierda, se va como si nada dejando a la vista las placas de su auto y su propia miseria humana.
El video se dio a conocer originalmente en Twitter hace algún tiempo, aunque recientemente resurgió gracias al poder de las redes sociales.
Si bien se desconoce la identidad de Lord Basura, como acabamos de bautizar a este deleznable sujeto, sí podemos asegurar que ocurrió en la ciudad de Monterrey. Es más, hasta nos vamos a arriesgar a decir que fue en el HEB de Sendero al norte de la ciudad. Una zona medio fresona, pero tampoco tanto, en donde esta clase de actitudes abundan tanto como los matrimonios entre primos.
La ciudad de Monterrey, así de primermundistas como se las dan, tiene un serio problema con la basura en la calle. Tan es así que existen proyectos como este que se llama Flora y Fauna de Nuevo León, en donde un compa expone puntos de la ciudad donde la gente deja su basura, pero tratando al desecho como si fueran animales o plantas.Y pues está con madre. Si no saben cómo tirar la basura en su lugar, hasta se armó un tutorial y todo:
COLONIZADORAMENTE CIERTO
Además de cena en casa ajena, conocerán a las sobrinas del patrón
Lo usaron de medio de transporte hasta el valle que la nieve cubrió
"¿Cómo vas, ma'? ¿Ya hay buñuelos?", preguntó un chavo todavía en pijama
ESPLÉNDIDAMENTE REAL
MADURAMENTE REAL