México.- Hay muchas formas, además de cortarse el pelo, para cerrar ciclos en la vida. Por ejemplo, una de las más recomendables que al mismo tiempo es de las menos recomendable es quemar tu pasado.
El fuego, el viejo amigo del hombre iracundo, forma parte de los rituales para deshacerte de todo lo que te sobra. En este caso, aquellas dulces y tiernas cartas de amor de un malagradecido ex.
La historia comienza como todas: besitos, abrazos, chocolates, y por supuesto, cartas para recordar lo mucho que se aman y se adoran. Después, la decepción. De ahí, llegamos a Ciudad Fracaso.
Por supuesto, este nivel de intensidad y pasos por dar en una relación se intensifican cuando tienes 19 años.
Esto le sucedió a una chavita en Nebraska, quien hizo lo que todas hacemos cuando el amor destoca a nuestra puerta: quemarlo todo e irnos a dormir. Lo malo es que allá en el primer mundo las casas están hechas de madera. Jajaj saludos, banda.
Así es, después de la quema en un bote de todas las cartas de amor, algunos pedazos en llamas cayeron en la alfombra, provocando la quema de su hermosa casita. “No para de hacerme daño, ese desgraciado”, dijo seguramente la afectada.
Por ello, un consejo de corazón les doy: de quemar a cantar, mejor cantar, amigas. Aquí una canción que me curó en tiempos oscuros.
Suelten, solo suelten y fluyan. Namasté.
INDESTRUCTIBLEMENTE REAL
DEGRADADAMENTE CIERTO
SEPARADAMENTE REAL
Nada como pasarla el 24 en bata evitando el estrés familiar
El pasar dos horas buscando estacionamiento es el primero paso para la canonización
La respuesta diplomática ya surtió efectos