Ciudad Universitaria.- No hay nada más hermoso en la vida de un estudiante pobre que regresar a casa con dos chocolates y que su mamá le diga: “muy bien, hijito, casi vendes todos los chocolates”. Y es que esa dolorosa y triste religión llamada pobreza
hace que los estudiantes se las ingenien para tener un ingresito extra que les permita poder comer algo, sacar unas fotocopias o, simplemente, tener para sus pasajes.Cuando las responsabilidades son demasiadas en un estudiante de pocos recursos, la única solución es buscar una chamba por las tardes y estudiar por las mañanas. Ni modo, así se gana experiencia pues los caminos de la vida no son como yo pensaba,
como los imaginaba, no son como yo quería.Ah, pero existen los estudiantes que tuvieron la gracia divina de contar con unos padres que sí les alcanza para proveerles una beca familiar (jugosa o no jugosa), la cual les permite sólo cumplir con su labor de estudiantes sin necesidad de ensuciarse las manos trabajando.
Ahora analicemos a ambos estudiantes: al que sólo estudia, y al que estudia y trabaja, y veamos cuáles son sus ventajas y desventajas. Anótele bien:
"Ahorita llega la novia, tía"
RECLAMONAMENTE CIERTO
BOCONAMENTE REAL
"Ni parece que está hablando español", se quejó el dueño de una franquicia de pollos…
Yamcha tampoco puede superar que le hayan bajado a Bulma
Son los mismos que se andan con gorra en todos lados