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Ni Luis Miguel: Romeo Santos llegó 8 horas tarde a su concierto

Por poco y llega con las Maruchan para el “torna concierto”

Isla Dilatada.- El artista Romeo Santos llegó 8 horas tarde a un concierto, y lo más increíble es que sí había gente que lo estaba esperando.

Los hechos ocurrieron en Venezuela, donde el cantante norteamericano debía presentarse a las 8 de la noche, y no fue sino hasta las 4 de la mañana que empezó a cantar.

El inaudito retraso habría ocurrido supuestamente por un problema con el traslado del equipo de producción, o al menos eso dijeron los representantes del intérprete de “Enséñame a olvidar”, quien nomás no salía al escenario a pesar de estar todos sus seguidores reunidos.

De hecho, también circula un video en donde se le ve llegar al aeropuerto de Caracas alrededor de las 3 de la mañana, y ya rumbo al lugar donde tendría lugar la presentación.

 

Romeo Santos dio su concierto muy “temprano”

Fue por fin cuando ya casi abrían los de la barbacoa, que Santos hizo su aparición en el escenario para despertar a sus fans que seguían en el recinto.

“Lo que acaba de suceder esta noche no es excusable. No tiene justificación. La producción venía desde Perú, y no encontramos un avión para traerla. De último minuto tuvimos que buscar un avión como plan B. Las dos opciones eran cancelar el show o cantar a las 4 de la mañana”, explicó Romeo inexplicablemente energético.

 

Una vez dada la explicación, el famoso artista empezó con su repertorio que más bien funcionó como “mañanitas” para las personas que seguían ahí dentro esperándolo, hasta que tocó la anhelada “Hasta que salió el Sol”.

“Los amo, los adoro y los respeto. Y se merecen todo el respeto del mundo”, expresó al final de su concierto como fingiendo que no fue “concierto de gallo”.

Durante su paso por Venezuela, Romeo se ha visto envuelto en otro tipo de escándalos que no podemos reproducir en este medio, pero por lo pronto lo dejamos con aquello que llega a sus conciertos de madrugada.

Hablando de ridículos monumentales: en Aguascalientes inauguraron una “guayaba gigante” que parece todo menos guayaba.

Adolfo Santino