Cuarto de carnes frías.- Un cuate se llevó una báscula a un restaurante para pesar su carne y ver si si le estaban sirviendo los gramos que le decían.
Una de las preocupaciones de todo comensal es saber si cuando piden un corte realmente le sirven el gramaje que el lugar promete en la carta, y aunque uno más o menos “tantea” el platillo, pues no hay forma fehaciente de saber si en efecto el peso es correcto, por lo que terminamos por confiar/resignarnos.
Pero eso no fue lo que hizo este comensal de nombre Antonio Chacón quien acudió a un restaurante de la cadena “Texas Roadhouse” y al momento en que le sirvieron su corte de carne, pues sacó la báscula que llevaba exclusivamente para la ocasión, y al pesar el pedazo de carne descubrió que en efecto, no era el peso prometido.
“Fui con mi madre, padre, novia y mis hermanos y mis dos hijastras. Mi papá dijo ‘ve a buscar la báscula que acabamos de comprar’. La agarré y pedí permiso. Me aseguré de preguntarle al gerente principal porque me habría sentido irrespetuoso si no lo hubiera hecho”, explica el sujeto quien ahora empezará a pesar hasta los limones en el supermercado.
Lo peor de todo es que había ido al restaurante para celebrar su cumpleaños y tremenda sorpresa que le dieron con un corte mucho más pequeño que lo que decía la carta.
El mismo joven explica que al confrontar al gerente del lugar, éste reconoció que en efecto el corte no correspondía a lo que debería ser en peso, y le llevaron otro corte mucho más generoso.
Si bien, la historia del joven terminó en un “final feliz”, es muy probable que todos los lugares dirán que “con la cocción, el corte pierde peso” y demás paros que ni ellos se creen.
“Definitivamente recomendaría a otros que hagan esto en el futuro para evitar que los atrapen”, agregó finalmente el comensal que por algo siempre se quedaba con hambre.
"Que vayan a trabajar los que no quieran convivir con sus suegras", propuso un líder…
AVARICIOSAMENTE CIERTO
ENFÁTICAMENTE REAL
QUÉ AGUSTICIDAD PERO CIERTO
A PENUMBRAS PERO CIERTO
SIN FRÍO MADRILEÑO PERO CIERTO